Íñigo Castiñeira: “No será fácil volver”
El aspinista vasco que vivió el seísmo de Nepal en un hospital de Katmandú cuenta que aún se sienten réplicas
Íñigo Castiñeira es un alpinista vasco que tuvo que desistir de hollar la cima del Annapurna por problemas de congelaciones en sus manos. El donostiarra se encontraba ingresado en un hospital de Katmandú tratándose de esos problemas físicos cuando el suelo de la capital nepalí tembló durante unos 20 minutos como “una atracción de feria”. “Que dure tanto tiempo es lo que te asusta porque piensas que va a tirar el edificio”, cuenta Castiñeira en ‘El Larguero’.
Íñigo Castiñeira: 'El terremoto parecía una atracción de feria”
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“Yo estaba en la cama, arranqué el suero, salí a la calle y me dejaron unas chancletas rosas para no salir descalzo”, comenta. “¡No sabes cómo se movía esto!”, dice aún con el miedo en el cuerpo.
El montañista vasco, que llega a nombrar una cifra de muertos cercana a los 7.000 muertos, detalla el caos que se vivió cuando ocurrió el seísmo de 7,9 grados en la escala Richter. “El cielo temblaba, llegaba gente en moto para traer heridos, se veían padres con niños en los brazos muertos”, relata.
Castiñeira cuenta que aún se sienten réplicas de unos cinco minutos. “Es una pesadilla, estás durmiendo y de repente empieza a temblar de nuevo”, comenta.
Acerca de su vuelta a España Castiñeira explica: “Me han ofrecido la repatriación rápida. A mí me apetece volver pronto pero estar horas esperando en un aeropuerto y no moverme… para eso prefiero esperar aquí. El aeropuerto de Katmandú está cerrado. No será fácil volver porque en cuanto se abra todo el mundo se querrá ir y será un caos”.