Hablar por HablarLa llamada de la Historia
Sociedad
La llamada de la historia

Enzo Ferrari

"No conozco a nadie que se empecine tanto como yo con esta pasión sobrecogedora por los coches de carreras –escribió en su autobiografía–; de hecho, no me interesa nada en la vida que no sean los coches de carreras"

Llamada de la historia

Llamada de la historia

02:47

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/000WB0598920150428044029/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Madrid

Una gran nevada me vio nacer, en una buena familia, que se llevó un buen disgusto al saber a qué me quería dedicar. Los planes para mí y mi hermano que tenía mi padre no eran exactamente lo que a mí me apasionaba, aunque el estudiar esa ingeniería he de reconocer que me ayudó bastante.

La idea de mi padre era que heredáramos el negocio familiar, pero la Primera Guerra Mundial cambió todos nuestros planes. Nada de negocios, todo fue guerra. Mi hermano y mi padre fallecieron.

La empresa familiar quebró y fue entonces cuando empecé a intentar mi sueño: el sueño que se me metió en la cabeza cuando tenía diez años y mi padre me llevó a ver una carrera.

Trabajé en distintos lugares sin que la remuneración me alcanzase muchas veces para comprar comida…y entré en una compañía en la que permanecí dos décadas, y en la que comencé como piloto de pruebas y terminé como director.

En la vida, por cada satisfacción se paga un precio odioso. Considero que he tenido una vida tormentosa y que he pagado caro todo lo que tuve. Creo haber tenido muchas cosas desproporcionadas en relación con mis méritos, y también creo haber sido privado de sentimientos de consuelo.

Mi propia escudería la fundé cuando todavía estaba en esta compañía…algo que no terminó de ser del todo bueno. El mundo de la competición: un equipo oficial, trece carreras ganadas y una retirada con motivo: el nacimiento de mi hijo.

Fue en la misma época en que el caballito se convirtió en mi emblema…un homenaje al que llevaba un héroe de la aviación italiana en la guerra en el fuselaje de su avión.

Cuatro años después de que mi escudería fuese ya una empresa independiente, mi fábrica fue bombardeada…y tuvimos que aprender a reconstruir, a fabricar de nuevo, a correr y a ganar.

Nacemos con un deseo de superación y la ambición nos lleva a tratar de ser primeros. La rivalidad, incluso cruel, está ya en los comienzos de la vida humana, en Caín y Abel. Desde la infancia ya nos encontramos con el mejor de la clase o con el que patina más elegantemente. Y desde el primer contacto con los demás surge el instinto de la confrontación, de la emulación. Y están naturalmente los luchadores, los tibios y los que siempre renuncian.

La muerte de mi segundo hijo cuando solo contaba veinticuatro años fue el punto de inflexión en mi vida. El dolor provocado con la desaparición de Dino me explicó muchas cosas de la vida.

No pude volver a llorar, no pude volver a ver una carrera, y no pude quitarme nunca las gafas de sol.

Adriana Mourelos

Adriana Mourelos

En El Faro desde el origen del programa en 2018. Anteriormente, en Hablar por Hablar, como redactora...

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00