Una comedia musical
Así como la fulgurante salida de Podemos tenía explicación, era el puñetazo en el hígado al sistema, el crecimiento de Ciudadanos es más difícil de entender. Ciudadanos no deja de ser una versión aseada del PP
La firma de Iñaki Gabilondo: 'Una comedia musical'
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Madrid
Hoy sólo se habla de Ciudadanos. En la calle, en las oficinas, en los bares, en todas partes. Es un cohete a propulsión. Todo el mundo parece haberse apuntado a esta corriente que corre que vuela en las encuestas. Se le empieza a ver incluso como favorito para las generales, sobre todo si, como comenté un día, provecha las catalanas como un trampolín. Ya saben, lo del buen catalán defendiendo España en tierra de infieles.
¿A qué se debe el gran éxito de Ciudadanos? En primera instancia sorprende. Así como la fulgurante salida de Podemos tenía explicación, era el puñetazo en el hígado al sistema y conectaba con la ira y el hartazgo de la sociedad vapuleada, el crecimiento de Ciudadanos es más difícil de entender. Ciudadanos no deja de ser una versión aseada del PP. Un PP sin lamparones que ha pasado por las manos del cirujano plástico, con un líder brillante que difumina todo su equipo y un programa sin esquinas que puede gustar al Ibex. Nada que oponer, salvo que no parece ser el revulsivo que España necesita. Sólo puede entenderse por los códigos de la moda que una sociedad que hace unos meses parecía preparada para la epopeya se apunte ahora a una comedia musical.