Los vengadores: el espectáculo debe continuar
Todas las expectativas puestas en la segunda entrega de esta franquicia Marvel
Comunidad de Madrid
Los superhéroes vuelven tres años después de la primera entrega de la franquicia de Los vengadores, tercera película más taquillera de la historia.
En esta continuación en 3-D, después de haber combatido contra el hermano de Thor (Chris Hermsworth) , Loki, y sus amigos alienígenas en su primera batalla en común, Los Vengadores ahora se enfrentan a una nueva amenaza hig tech, Ultron: un ser tecnológico de carcasa Terminatoresca, creado por Tony Stark, (Robert Downey Junior)víctima de su propia arrogancia, al que da voz de James Spader.
En esta entrega, el director y guionista Josh Whedon, responsable también de la primera, ahonda un (poco) más en la psicología de los personajes. La megalomanía de Iron Man, el dilema moral de Hulk (Mark Ruffalo), los demonios de la Viuda Negra (Scarlett Johanson), la rigidez mental de Capitán América (Chris Evans)... Cada personaje muestra su singularidad y obtiene su momento individual concreto para mostrarla, incluido Ojo de águila (Jeremy Renner), personaje clave de la historia.
Se les une los Gemelos Maximof, el veloz Quicksilver, y la telekinesica Scarlett Witch interpretados por Aaron Taylor-Johnson y Elisabeth Olsen. Un buen valor añadido para los Marvel-adictos. Paul Bettany encarna al súper héroe más poderoso de todos, otro personaje clave para el desenlace del entuerto.
Las escenas de acción son espectaculares, el plano secuencia frenético que abre la película presenta en plena acción a los protagonistas combatiendo al enemigo y ya nos advierte de lo que está por llegar. Sin embargo, así como el ritmo en la primera entrega funcionaba estupendamente, en esta ocasión decae por momentos. Humor marca Marvel a raudales, eso sí, los mejores momentos para Thor y para el carismático Tony Spark.
Súper-blockbuster, tan disfrutable como olvidable.
