¿Tiene sentido el 1 de mayo?

Madrid

Un año más, y van 125, sindicatos y trabajadores han salido a las calles para celebrar el 1 de mayo y dejar constancia de sus reivindicaciones. Las manifestaciones no son lo que eran, esto lo reconocen hasta los propios organizadores. Y quizás muchos se planteen si la celebración sigue teniendo sentido. Si echamos un vistazo al retrovisor debemos reconocer que estos actos, reflejo público de la lucha que el sindicalismo mantenía en las empresas, nos han permitido pasar de la semiesclavitud al trabajo digno. Y los derechos no cayeron del cielo ni fueron regalo gracioso de los empresarios, así que la conmemoración de esta lucha es justa.

Pero sorprende que en el momento en que los derechos conquistados menguan la protesta no arrecie. Y la explicación parece clara. Mientras unos protestaban otros legislaban. Y las reformas que han precarizado el empleo han situado a los trabajadores en un inseguro alambre en el que el miedo atenaza. Por supuesto, siguen valiendo las huelgas y las manifestaciones cuando la negociación no cuaja. Pero da la sensación de que si la protesta no llega a las urnas quizás un día tengamos que hablar de esta fecha en pasado.