La inquietante planificación de nuestras infraestructuras públicas

Madrid

La reunión del Consejo de Ministros coincidía con el primer día de campaña. No era difícil prever que nos íbamos a encontrar con un aroma electoral impregnándolo todo. Y así fue.

Primero la vicepresidenta hizo balance de la reforma de las administraciones sumando cifras de ahorro desde hace tres años, sin dar detalle del desglose, para ofrecer una cantidad espectacular: "Desde 2012 solo en medidas de reorganización administrativa se han ahorrado más de 20.000 millones de euros", decía Sáenz de Santamaría.

A continuación, en plena campaña electoral, anunciaba 152 millones de euros para inversiones en Justicia, con la peculiaridad de que prometía dinero... pero no para ahora sino "para que el Ministerio de Justicia contrate proyectos de obras en edificios judiciales e inversiones informáticas durante los próximos 5 años".

Inversiones para los próximos 5 años, si es que el PP gana las elecciones. Para las generales falta poco tiempo, de modo que todos los proyectos de ley que se aprueben a partir de ahora corren un alto riesgo de quedarse en papel mojado. La ministra de Fomento anunciaba ayer dos: el de carreteras y el del sector ferroviario.

La presentación de ambos proyectos nos dejó algunas afirmaciones inquietantes. Por ejemplo: "No se va a hacer ninguna línea ni ninguna infraestructura en nuestro país si no tiene un análisis previo en profundidad de cuál es su retorno social y económico".

Implícitamente, la ministra parece reconocer que se han podido estar haciendo líneas férreas sin mirar si quiera si sirven para algo. Pero no quedó ahí la cosa. Ana Pastor dijo algo muy parecido respecto a otras infraestructuras: "Aquí no se van a hacer carreteras dependiendo de intereses particulares, sino del interés general". De nuevo nos preguntamos: ¿cómo se estaban haciendo las carreteras hasta ahora?

Frases inquietantes, que se completaron ayer con una frase que no esperábamos oír a la vicepresidenta tras el Consejo de Ministros. "Fútbol es fútbol", decía, expresándose como un jugador para despejar balones sobre la posible huelga en la Liga.

También despejó la vicepresidenta el turno de preguntas dejando manos levantadas en la sala tras 53 minutos de rueda de prensa, de nuevo con más tiempo para la introducción de las ministras que para las preguntas de los periodistas.