Desolados en el Congreso
La cámara de los diputados es una auténtica ciudad donde se ofrecen todo tipo de servicios. Cuando llega la campaña electoral, en cambio, los pasillos se vacían, y sólo quedan aquellos a los que nadie se quiere llevar
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Madrid
Del Congreso es conocido lo que sale en la tele: el hemiciclo, el pasillo... Pero su interior es como una pequeña ciudad. Hay oficina de correos, médico, comisaría, una biblioteca, guardería, banco, agencias de viajes, galerías con cuadros, cafeterías... Espacios imponentes, donde trabajan más de 700 personas, a los que los invade el silencio en plena campaña electoral. Los diputados están en la carretera.
Existe un acuerdo entre los partidos para que las semanas previas a las elecicones cada uno se dedique a pescar votos. Suena bien para algunos, aunque para otros tiene un contraste casi cruel... ¿Han pensado alguna vez en los ministros menos valorados? ¿En los dirigentes a los que nadie llama para sus mítines? ¿A los que nadie quiere?
Desolados en el Congreso
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"No tengo muchas cosas esta semana", reconocía un miembro del Gobierno en un patio de la Cámara con cierto aire de "no me quieren ni los míos". Las elecciones dirán el domingo cuánto tirón tiene cada partido; pero en la campaña, las veces que te llaman para ir con tu propio equipo, ya da un diagnóstico del tirón que tiene cada diputado.
