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DISCOTECA DE ORO

La guapa, el feo y la música que les unió

Esta semana recordamos la banda sonora de uno de los mejores musicales de los años 90 que, curiosamente, no estaba protagonizado por actores sino por dibujos animados: “La bella y la bestia”.

Madrid

A mediados de los años 80 del siglo XX la compañía Disney atravesaba una crisis creativa que duraba ya más de una década. Sus películas de animación no calaban en el público. Quizá porque habían olvidado algo en lo que el tío Walt hacía siempre hincapié: La condición musical de esas películas. Todo iba a cambiar con la llegada de un nuevo equipo directivo encabezado por Michael Eisner y Roy Disney, el sobrino del fundador, que impulsó la vuelta a la fórmula musical. Ésta marcaría el comienzo de lo que hoy se conoce como “La segunda edad de oro de la compañía Disney” y en ese éxito jugaron un papel fundamental un par de tipos que en 1986 habían saltado a la fama gracias a la banda sonora de “La pequeña tienda de los horrores”. Eran Alan Menken, compositor, y Howard Ashman, letrista.

Notas de Cine (07/06/2015)

59:59

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Menken y Ashman trabajaron desde el origen del proyecto en colaboración con los directores y dibujantes, tal y como se hacía en el pasado, ya que en torno a sus canciones iba a girar toda la película, la historia de una sirena enamorada de un humano, “La sirenita”. “Los clásicos de Disney se habían editado en video y mi hija los tenía todos, -recordaba Alan Menken- “así que empecé a verlos una y otra vez: ‘Cenicienta’, ‘Blancanieves’, ‘La bella durmiente’, ‘Peter Pan’… Entonces me dije: tengo que hacer un trabajo que sea merecedor de estar en la estantería al lado de estas películas maravillosas.” Tres años después Menken y Ashman ganaban el Oscar por partida doble, a la mejor partitura y a la mejor canción.

Todo era felicidad, pero una sombra se cernía sobre el dúo. Así lo contaba Menken: “La noche de los Oscar, cuando ganamos las tres estatuillas entre los dos por ‘La Sirenita’, me sentía realmente feliz. Entonces Howard me dijo: ‘cuando volvamos a Nueva York tenemos que hablar’. No quiso decirme nada hasta que estuvimos en nuestro estudio. ‘Qué pasa’, le pregunté. ‘Bueno, quizá lo hayas notado ya’, me dijo. ‘No, no, qué es’, insistí. ‘Alan’, me contestó, ‘estoy enfermo’.” Ashman tenía el SIDA. Aunque estaba ya muy enfermo insistió en ponerse a trabajar en un nuevo proyecto para la Disney. De hecho Menken asegura que la enfermedad de su amigo creó gran parte de la profundidad y la emoción que trasmite la banda sonora. Era otro cuento clásico: “La bella y la bestia”.

La guapa, el feo y la música que les unió

La protagonista es Bella, vive en un pueblecito francés del siglo dieciocho. La dibujaron al estilo europeo: labios rojos y carnosos, ojos y pelo castaño. Bella se pasa el día leyendo libros y esquivando a un apuesto pero zoquete pretendiente, Gastón. Ya en la primera canción de la película descubrimos su personalidad introvertida y soñadora.

La guapa, el feo y la música que les unió

Encerrado en un castillo oculto en el bosque vive la bestia. Tiene melena de león, cabeza de búfalo, los colmillos de un jabalí, las patas de un lobo y cuando frunce el ceño parece un gorila enfurecido. Seis animadores se encargaron de dibujarla después de pasarse varios días frente a las jaulas de un zoológico. En realidad era un príncipe egoísta al que una bruja convirtió en bestia como castigo. Pero la maldición tiene un antídoto. El monstruo recuperará su forma humana el día en que una joven de buen corazón le ame sinceramente. Y es ahí donde entra la bella que sabrá ver más allá de las apariencias porque, como dice la moraleja de la película, la belleza está en el interior.

Una buena historia, canciones bonitas… el tercer ingrediente para dar forma a un clásico Disney son los personajes secundarios. Su misión es la de ser el contrapunto humorístico de los impecables héroes protagonistas. Esta vez se trataba de objetos. La maldición que cayó sobre el príncipe también afecto al servicio del castillo. El jefe de palacio es un reloj. El ama de llaves y su hijo se convirtieron en tetera y tacita descascarillada. La doncella en un plumero y el mayordomo en un candelabro que canta y baila como Maurice Chevalier.

La guapa, el feo y la música que les unió

Las canciones, basadas en su mayoría en el vodevil francés, formaban parte de la narración, no eran un simple acompañamiento. Menken y Ashman dieron con la fórmula mágica para que todas ellas se convirtieran fácilmente en clásicos. Y es que en la banda sonora de La bella y la bestia está todo el romanticismo, el humor y la aventura que caracterizan a la película. Lo mismo se puede decir de la parte instrumental de la banda sonora, una serie de temas de gran colorido orquestal que se ajustan como un guante a la historia.

La película llegó a los Oscar de 1992 con seis nominaciones y batiendo todo un récord. El de ser el primer largometraje de animación de la historia nominado al mejor film, ya que por entonces no existía aún la categoría de mejor película de animación. Menken y Ashman volvieron a hacer doblete. Pero esta vez Alan Menken subió solo al escenario a recoger los premios. Su compañero había muerto unos meses antes, víctima del SIDA. Gracias a estos dos nuevos Oscar Alan Menken marcaba el camino para convertirse en el compositor más premiado de los años 90. Ocho estatuillas lograría en total gracias a “La sirenita”, “La bella y la bestia”, “Aladdin” y “Pocahontas”.

La película fue un gran éxito de público y crítica. Recaudó más de 400 millones en todo el mundo. Pero el preceptivo final feliz con el que terminaba el film no fue el final de la historia ya que “La bella y la bestia” ha tenido una larga vida posterior. Primero se produjo una segunda parte para DVD y más tarde una versión en 3D que permitió su reestreno. De igual forma se hizo una adaptación al teatro musical que todavía se sigue exhibiendo con gran éxito por todo el mundo.

Su historia de amor, aventura y humor, combinada con su magnífica banda sonora han hecho de “La bella y la bestia” todo un clásico, un musical inolvidable lleno de canciones mágicas y divertidas, entre las que destacaba esta balada que ganó el Oscar a la mejor canción: “The beauty and the beast”.

La guapa, el feo y la música que les unió
Antonio Martínez

Antonio Martínez

Lleva más de 30 años en la SER hablando de cine y de música. Primero en 'El cine de Lo que yo te diga',...

 
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