Violencia entre adolescentes
Cada día se presentan en este país tres denuncias por violencia machista de la que son víctimas chicas menores de edad. Es violencia psicológica, de control del móvil, los whatsapp, las llamadas y la ropa, Pero también palizas y agresiones.
Violencia entre adolescentes
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Alcobendas
Hoy hemos dejado para después, para más tarde, los pactos políticos, las negociaciones, las especulaciones sobre cambios en el gobierno y los plazos. Porque hay plazos mucho mas urgentes. Plazos en los que está en juego la vida de manera inmediata, el futuro de niñas y adolescentes españolas víctimas de violencia machista. El curso está a punto de terminar y antes de que millones de chavalas y chavales se desperdiguen por el verano, hoy la SER les puede contar que cada día se presentan en este país tres denuncias por violencia machista de la que son víctimas chicas de entre 14 y 17 años, menores de edad. Unas mil en el último año. Es violencia psicológica, de control del móvil, los whatsapp, las llamadas y la ropa, pero también palizas y agresiones. Como lo que sufrió ella.
"Yo no me enteré de que era Violencia de Género hasta que me lo dijo la Policía. Yo no sabía que eso era violencia de género hasta que me dijeron 'Ha sido tu ex pareja. Eso es maltrato'. Y claro yo me quedé como diendo: '¿Pero si tengo 14 años? ¿Dónde voy con esto? Esto ya me está superando y no ha empezado todavía"
La violencia física y psicológica desmonta la vida de una adolescente. Lo cuenta su madre, María
"Ella en medio de clase, la policía, '¿dónde estás?' 'pues estamos aquí, allí, estamos en el instituto, que vamos a recogerte'. Y así una vez y otra y un coche patrulla continuamente pasando por mi casa"
La violencia construye además una barrera para futuras relaciones... Pero no sólo. El aislamiento social que ejerce el maltratador pone a prueba la fortaleza de las amistades, el coraje de unos padres y la eficiencia de los servicios sociales. Y dicen los que saben que ha habido un retroceso, que hemos pasado de una machismo rancio a un machismo benevolente. Pero que acosa, aisla y mata igual. Estamos en el Instituto Aldebarán de Alcobendas, rodeados de chicos, de chicas muy concienciados sobre esta violencia pero también de víctimas que han querido venir hasta aquí a contar su historia. Y rodeados también de los profesionales que les echaron el cable que les ha devuelto a la vida.