Rajoy se equivoca. Los males del PP son otros

Madrid

Anda enredando Mariano Rajoy con unos cambios que levanten el ánimo más que caído, enterrado, de sus huestes y sus votantes. Pero antes de conocer el alcance de la remodelación del edificio en ruinas, este Ojo tiene la sensación de que las cosas no van a mejorar mucho para el inquilino de La Moncloa, porque de sus actos y palabras se deduce que no ha entendido nada de lo que ha pasado en las últimas elecciones.

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Creen Rajoy y sus gurús que se trata de un problema de comunicación. De sus ayudantes, que no de él, claro. Pues se equivocan. Porque lo que de verdad resulta insoportable es una política económica que cada vez produce más desigualdad y más pobreza, mientras que el número de ricos ha crecido de manera desproporcionada desde que gobierna el PP. Pasa, además, que la ciudadanía ya no soporta a un presidente que de ejercer de apacible burgués de casino de provincias ha pasado a ser un tipo dado a la política navajera, que califica al PSOE de “izquierda radical y extremista”, para después decir que pacta “con un partido a las órdenes de Venezuela” o para desautorizar a los ciudadanos que legítimamente votaron a aquellos partidos.

Esos, no otros, son sus males. El abuso económico, la corrupción y su desprecio reaccionario. Importa un bledo si sus portavoces sonríen mucho o poco.