El mundo según Tintín

En teoría eran sólo tebeos para niños, pero en las aventuras de ese periodista que vestía con pantalones bombacho, no se separaba de su perro, y solía viajar acompañado de un marinero retirado aficionado al whisky, estaba reflejada buena parte de la Historia del Siglo veinte. Desde la revolución rusa en "El país de los soviets" hasta el entusiasmo por los avances tecnológicos de “Aterrizaje en la luna”, pasando por las revoluciones en Latinoamérica de “Los Pícaros” o las intrigas por el control de armas de destrucción masiva del “Asunto Tornasol”.

Lo malo de crecer es que donde uno antes sólo veía historietas y caricaturas para pasar un buen rato, ahora ve mensajes políticos o directamente consignas propagandísticas que de pequeño pasaban desapercibidas. ¿Tiene algo que ver la China de hoy, con la de los años 30 que aparece en “El Loto Azul”? ¿Encajaría hoy en cualquier periódico una historia de tráfico de personas como la que sale en “Stock de Coque”? ¿Queda algo de la visión colonialista de África que daba en sus primeras aventuras en el Congo?

A veces la realidad se entiende mejor cuando no se la mira directamente. A veces la ficción es la mejor ventana para echar un vistazo al mundo real. Hoy, en A Cierta Distancia, “El mundo según Tintín”.

Charlamos en primer lugar con Juan D'Ors, músico, actor, experto tintinólogo que mantuvo una relación por carta con Hergé y publicó la primera monografía en castellano sobre el personaje. Aprovechamos que dirigió el doblaje de la serie de dibujos animados de los 90 para pedirle que nos lea algunas viñetas de "El Loto Azul".

A partir de ese libro preguntamos a Antonio Broto, periodista con casi 15 años de experiencia en China y autor del blog chinochano, sobre las similitudes entre el país asiático actual y el que retrata Hergé. Seguimos nuestro viaje por el mundo de Tintín con "Stock de Coque", y preguntamos a Jakub Sobik, de antislavery, sobre el tráfico de personas en nuestros días. Por último, repasamos "Tintín en el Congo" con el profesor Mbuyi Kabunda.