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Aumenta la cifra de ahogados

En junio 35 personas han muerto ahogadas en piscinas, playas y pantanos. La prevención es fundamental para evitar la tragedia

Máxima precaución en las piscinas / Busoms, Estela

Madrid

Este verano se presenta bastante trágico en piscinas, playas y pantanos. En lo que llevamos de año al menos 73 personas han muerto ahogadas según la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes DIA y la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo. Una situación que preocupa al gremio del Socorrismo que augura unas vaciones siniestradas.

Los más vulnerables a esta situación son los niños. De los 339 ahogados en 2014, 52 eran menores de 10 años según un informe publicado por la Escuela Segoviana de Socorrismo. La mayor parte de los accidentes se registran en piscinas domésticas no vigiladas y en hoteles. Por provincias, Tenerife, Alicante y Murcia son las más problemáticas. 

Aumenta la cifra de ahogados

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Prevenir para evitar sustos

Para evitar la tragedia, los expertos coinciden en que la prevención es fundamental. El socorrista Emmanuel Iodice asegura que están muy atentos a los más pequeños y mayores, "con ellos hay que tener un mayor cuidado".

Antes de meternos al agua tenemos que seguir unas pautas para evitar sustos. Primero, tenemos que conocer la zona donde nos vamos a bañar. Tantear la profundidad del lago, hacer caso a las señalizaciones en playas y observar las mareas y corrientes.

Es recomendable bañarse bajo la presencia de un socorrista

Con los más pequeños hay que tener un especial cuidado. No dejarles nunca solos y utilizar elementos que les mantengan a flote si no saben nadar.

Bañarse después de comer

Qué madre nunca ha dicho "No te bañes hasta que no hagas la digestión". Una frase célebre que no va mal encaminada. Tardamos una media de dos horas en hacer la disgestión, momento en el que la sangre se encuentra en el estómago y el cuerpo está menos preparado para realizar los cambios de temperatura. Es cuando se produce la hidrocución, más conocida como corte de digestión. Un periodo en el que debemos evitar los cambios bruscos de temperatura y en caso de bañarnos, será conveniente mojarnos muñeca y nuca e irnos metiendo en el agua poco a poco. "Cuando se interrumpe el proceso de la digestión la persona continúa con esta más adelante o vomita", añade el experto en emergencias médicas Juan Hanh.

A esto se suma que después de comer es el momento en el que el mercurio alcanza mayores temperaturas, lo que aumenta el riesgo de sufrir un accidente en el agua al no acostumbrar al cuerpo al cambio de temperaturas.

¿Qué hacer en caso de ahogamiento?

No siempre nos bañamos en lugares bajo supervisión de un socorrista. Por lo que en caso de que avistemos un caso de ahogamiento podemos actuar de la siguiente manera:

  1. Comprobar nuestra seguridad: antes de auxiliar a un ahogado es fundamental cerciorarse de que la escena en la que vamos a socorrer al afectado es segura para nosotros. "Si la escena es segura, podremos intervenir. Si llegan los servicios de emergencias pueden encontrarse a dos víctimas en vez de a una" asegura el experto en emergencias médicas Juan Hanh.
  2. Sacar a la persona del agua: si sabemos nadar y las condiciones son adecuadas, sacaremos al ahogado del agua.
  3. Llamar a emergencias: antes de realizar cualquier maniobra de reanimación es necesario avisar a los servicios de emergencias. Suministrarles toda la información necesaria sobre el paciente y responder a todas las preguntas que nos formulen. Hay que intentar mantener la calma para sobrellevar la situación y poder ayudar.
  4. Actuar en función de la situación: una vez avisado al servicio médico hay que comprobar las constantes vitales del afectado. Verificar si el ahogado está consciente, hablándole o pellizcándole para ver si da respuesta a nuestros estímulos verbales y dolorosos. Si no respira habrá que practicar la compresión torácica. Si respira, procederemos a abrir la vía respiratoria colocando al afectado de lateral para evitar que inhale su propio vómito. Si respira y está consciente, sentaremos al paciente y avisaremos a un médico para que compruebe las posibles secuelas.

Con estos pasos evitaremos posibles sustos en verano.

 
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