Movimientos esperanzadores
Soledad Gallego-Díaz fija su mirada sobre la situación en Europa tras el referéndum griego y la dimisión del ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis
Movimientos esperanzadores
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Madrid
El día siguiente del referéndum, el gobierno griego y la Unión Europea han hecho varios movimientos razonables y esperanzadores. Por un lado, el presidente de la República griega convocó a todos los partidos democráticos de la oposición, es decir, todos menos el nazi Amanecer Dorado, para disminuir la tensión política interna y lograr que la nueva negociación se contemple como un objetivo nacional, no sólo de la izquierda. Tsipras puede ser ahora más flexible, por mucho que se crea lo contrario. Lo prueba, además, que el ministro Varoufakis anunciara inmediatamente su dimisión, una retirada personal imprescindible, porque un Varoufakis triunfante hubiera resultado insoportable para los interlocutores de la Unión Europea. El ministro griego era en estos momentos el peor interlocutor posible en Bruselas y en Berlín, y así lo ha reconocido Atenas.
La Unión, por su parte, ha acallado a quienes se apresuraron a anunciar la ruptura de todos los puentes. La aparición conjunta de Merkel y Hollande fue fría, pero contenida. Las cosas no son fáciles, pero todavía existe la posibilidad de encontrar una salida para mantener a Grecia en el euro y en eso, y no en declaraciones altisonantes, es en lo que se deben centrar todos los políticos, Tsipras incluido. A estas alturas ya debe ser evidente también para el presidente Mariano Rajoy, tanto como para su colega italiano Renzi, que lo mejor para España y para Italia es un acuerdo rápido, inmediato, que ponga fin a la incertidumbre.
Soledad Gallego-Díaz
Es periodista, exdirectora del periódico 'EL PAÍS'. Actualmente firma columnas en este diario y publica...