La última alegría del rock

Melenudos, barbudos y salvajes. Llenos de ganas, de rabia, de blues, rock y country. Con miles de kilómetros a sus espaldas y una compleja misión: llamar la atención de la saturada escena musical de Nashville. Son Banditos, una banda de Alabama asentaba en la capital de Tennessee que acaba de debutar con Bloodshot Records con un disco impactante y delicioso que muestra las múltiples facetas de una banda parida en un garaje y curtida en más de 600 bolos en los últimos tres años.

El camino ha sido largo y complicado, lleno de obstáculos. El camino de la música suele ser así, pero también tiene premio. El de Banditos ha sido grabar en Bomb Shelter, el sótano de Nashville del productor Andrija Tokic, un treintañero adicto a las mesas de mezclas desde niño que es uno de los grandes nombres del momento tras producir algunos de los mejores discos de los últimos tres años. Tokic puede presumir de estar detrás del sonido de bandas y cantantes como Alabama Shakes, Benjamin Booker, Hurray for the Riff Raff o Natural Child y ahora tiene nueva joya, el primer álbum de Banditos.

Con su primer disco en la calle, este sexteto de veinteañeros no ha parado de recibir elogios por un álbum que tiene de todo, que recuerda a muchos y que, sin embargo, suena original, fresco y propio. Cada año aparecen cientos de nuevas bandas con líneas maestras parecidas, con buena actitud, un buen directo y tablas de sobra. Generalmente fallan las canciones, juntar una buena colección de ellas, una colecciones que sea coherente pero que no cansé, que aporte algo y que tenga intención. Banditos ha conseguido todo esto con su primera entrega. El sonido de disco es impecable, la huella de Tokic se muestra en todo el trabajo, pero Banditos también ha reunido en su primera obra un buen puñado de singles variados y de diferentes estilos. Canciones que tienen tintes de blues, mechas de punk y un peinado rockabilly entre ropas vaqueras. Una combinación que encaja bien a pesar de la diferencia de unos temas a otros y que ha llevado al grupo a completar su primera misión. Todo el mundo en Nashville habla de ellos. Uno de sus más firmes defensores es Bobby Bare Jr, el veterano músico no dudó un segundo en señalar al sexteto de Alabama como la banda más interesante de este 2015. “Suenan bien, trabajan duro y son originales”, señaló a Sofá Sonoro en el programa dedicado a la música de Nashville.

Todo lo bueno que se apunta de Banditos se confirma con ‘The Breeze’, la descarga de energía que abre su disco a un ritmo frenético. Un tema que bien valdría de carta de presentación para cualquier banda, pero que es solamente una de las joyas de este disco de 12 cortes. Tras el arrebato inicial Banditos muestra su otra cara, la inmensa voz de Mary Beth Richardson a ritmo de fiesta vaquera. De la luz de Mary Beth se pasa a la oscuridad garajera de ‘Golden grease’ al soul tierno de ‘No good’, al rock canalla de ‘Aint it hard’, a la fiesta de tugurio de ‘Still sober’, al folk guitarrero de ‘Old ways’ antes de cerrar el disco por todo lo alto con ‘Cant get away’ y el fabuloso y festivo ‘Cry baby cry’, un tema que engancha desde su primera escucha y que es un viaje al pasado del rock sureño. Un disco variado y repleto de lo más difícil: buenas canciones, potenciales éxitos, temas que van dando forma a un cancionero que en directo resulta explosivo en una banda que da más de 200 conciertos al año en busca de nuevas metas para próximos discos. Con este ya lo han conseguido todo.