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ASILO POLÍTICO

"Vine para vivir mejor y nos tratan muy mal"

El colapso del sistema de asilo deja a unos 300 refugiados sin la mínima asistencia

Las dos familias palestinas con 9 menores a su cargo en la parroquia de San Carlos Borromeo donde acuden en busca de ayuda. / NICOLÁS CASTELLANO

Las dos familias palestinas con 9 menores a su cargo en la parroquia de San Carlos Borromeo donde acuden en busca de ayuda.

Madrid

Un matrimonio palestino reclama al Gobierno español que reconozca su estatus de asilado y unas condiciones de vida dignas. Ella, embarazada de ocho meses y sus tres hijos viven en un centro de acogida. Su marido ha llegado a dormir en la calle. Otro matrimonio con 6 hijos se encuentra en las mismas circunstancias.

Sajida, embarazada de 8 meses está cansada de esperar que el Gobierno le ofrezca un sitio adecuado para ella, sus tres hijos y su marido. Como esta familia hay “unos 300 refugiados que malviven en recursos inadecuados o directamente en la calle debido al colapso del sistema de asilo” denuncia Patricia Fernández, abogada de la Coordinadora de Barrios.

'Cuando de a luz volveremos a Palestina, aquí nos tratan muy mal'

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“Me llamo Sajida, tengo 24 años, y me siento muy mal aquí. Estoy embarazada de ocho meses y tengo miedo de ponerme de parto en cualquier momento, estamos viviendo en un contenedor metálico, no es un sitio para mis tres pequeños y para una mujer embarazada”.

El jersey azul y la chaqueta negra, a juego con el pañuelo que cubre su cabeza, no pueden ocultar la enorme barriga de esta joven palestina embarazada de 8 meses.

Junto a sus tres hijos llegó a España hace poco más de 30 días convencida de que este país era el inicio de una nueva vida: pediría asilo para vivir en un territorio seguro. Lo que se ha encontrado dista mucho de sus sueños.

”Vine con mis hijos para tener una vida mejor pero me siento muy mal, nos tratan muy mal. Me han separado de mi marido porque no le dejan vivir con nosotros en el mismo sitio”.

De 5, 3 y 2 años, sus dos pequeños corretean por la parroquia de San Carlos Borromeo, en el barrio madrileño de Entrevías. Esta familia musulmana acude a este centro católico porque allí les dan ropa, ayuda y asesoramiento jurídico para intentar aguantar hasta que el Gobierno cumpla la ley de asilo y les de la acogida humanitaria que les corresponde. De momento ella y los tres pequeños viven en un contenedor metálico (como los utilizados para transportar mercancías por barco, pero habilitados con literas para dar acogida normalmente a persona sin hogar), en un centro gestionado por la ONG ACCEM.

“En ese sitio hace demasiado calor, no podemos estar dentro de los contenedores, se está mejor fuera. Pasamos el día en el pequeño jardín que hay o en la cocina preparando la comida de los niños”.

Lo que más decepcionada tiene a Sajida es que el Gobierno no haya entendido su situación como mujer embarazada a punto de dar a luz y la tenga en un lugar tan poco indicado. “Hay muchas bacterias, los baños y la casa están sucios… No es un sitio adecuado precisamente para una embarazada que tiene que tener cuidado de no enfermarse”.

Esta familia es una de las víctimas del colapso del sistema de asilo español. Más de 200 refugiados están en lista de espera para solicitar el asilo, pero incluso los que ya lo han podido pedir están viviendo en hostales o centros que no son los adecuados para una acogida humanitaria a refugiados como obliga la propia ley.

Sajida está tan desesperada que se plantea huir a otro país. “No pensé que vivir en España fuera así, pensaba que tendría una vida mejor que en Palestina y me he encontrado esto, estoy peor que en mi país, al menos en Palestina podría vivir con mi marido pero aquí nos obligan a estar separados, es algo grave, no lo puedo entender". Este mismo lunes ha decidido no esperar más.

Hartos de esta situación, se han marchado de España para probar suerte en otro país europeo aunque no descartan regresar a Palestina. Patricia Fernández, abogada de Coordinadora de Barrios, asegura que “esta familia ha venido huyendo de una guerra y se ha encontrado una situación tan terrible que lo único que ha hecho es prolongar su sufrimiento”. “Han tenido que huir de un país que estaba obligado a darles acogida”, sentencia. Todo esto a pesar de que el Defensor del Pueblo había exigido al Gobierno una solución para esta familia.

"España no es el país donde puedo construir un futuro para mis hijos, por como nos están tratando no puedo imaginar aquí el futuro, nos tratan muy mal a los refugiados, sólo pedimos vivir en un sitio digno y todos juntos”, insiste.

Drair, el más pequeño de los hijos de Sajida, reclama la atención de su padre. Es Saber, tiene 30 años, llegó a España hace ya 7 años y desde hace 40 días está con él toda la familia, ”nunca pensé que cuando llegaría mi mujer las cosas iban a ir así, ella en un centro, yo en la calle, obligado a no poder vivir con la familia y sin ayudas, es muy duro”.

Y es que Saber ha pasado una semana durmiendo en la calle, en varios parques de Madrid porque no se le permite vivir con su familia en el centro, Apoi Valdelatas, que es sólo para mujeres y sus hijos, “cuando llegó mi mujer he estado 7 días viviendo en la calle, en jardines o parques, cerca del centro de Cruz Roja de Simancas, muy mal, venían borrachos, nos tiraban cosas”, lo peor que lleva es que no permitan que viva junto a su familia.

Saber, Sajida y sus tres hijos proceden de Tulkarem. Asegura que de no ser por la guerra no se habrían planteado venir a España” allí matan gente todos los días, demasiada guerra y sufrimiento, mira esta cicatriz en la pierna es de una bala que me dispararon los judíos” denuncia.

En la conversación interviene su cuñado. Es Adhem, diabético, lleva 14 meses en España y desde hace un mes su mujer y sus 6 hijos están en Madrid donde pidieron asilo en el aeropuerto de Barajas. A él tampoco lo dejan dormir con su familia, lleva una semana durmiendo en la calle. "Duermo en la calle en cualquier jardín, en cualquier parque, a veces en la mezquita, donde puedo, llevo así desde el lunes de la semana pasada, durmiendo en la calle. A veces pienso que es mejor morir. En Palestina teníamos miedo pero aquí la familia está separada", dice.

Ni su mujer ni sus hijos tienen aun tarjeta sanitaria, otra consecuencia del colapso del sistema. “Es un hombre gravemente enfermo, con dos informes psicológicos que recomiendan la reunificación familiar de ambas familias, un proceso gravísimo de desestructuración personal como consecuencia del largo conflicto que vive Palestina”, denuncia Patricia Fernández abogada de Coordinadora de Barrios que reclama al ministerio de empleo y asuntos sociales que cumpla con la acogida humanitaria que marca la ley “hay un derecho a la intimidad familiar y hay un derecho a unas condiciones de vida digas que tanto nuestra legislación como la directiva europea que entra en vigor el 21 de julio contemplan, por lo tanto entendemos que el Ministerio de Empleo y Asuntos Sociales no puede si no hacer uso de esos instrumentos legales y proveer unas condiciones de vida dignas para toda la unidad familiar ya que hasta ahora la oferta que se les ha hecho es que las mujeres con los hijos a cargo vayan a dos centros de acogida distintos quedando los padres en situación de calle y vulnerabilidad” denuncia esta abogada de Coordinadora de Barrios, la asociación que ha presentado ya una quincena de quejas ante el Defensor del Pueblo por el abandono en el que se encuentran decenas de familias que han demandado protección internacional en nuestro país.

Son refugiados de libro, del típico conflicto enquistado como el palestino. Todos los países les dan asilo inmediatamente, en este caso España también, pero no les están proporcionando la mínima atención humanitaria como recoge nuestra legislación y el derecho internacional, por eso Saber ya pensaba en marcharse de nuestro país y regresar a Palestina. "Cuando mi mujer dé a luz nos volveremos a nuestro país, allí hay guerras, hay problemas siempre pero por lo menos no dormiremos en la calle", lamenta.

Saber no para de reclamar sus derechos, al Samur social de Madrid, a ACCEM a la oficina de asilo del Ministerio del Interior, está cansado y sobre todo indignado con la falsedad de Europa. Hasta el defensor del Pueblo ha sugerido a la Secretaria General de Inmigración que de acogida adecuada a estas dos familias” una de las mujeres puede dar a luz en cualquier momento” dice la recomendación del Defensor, pero de momento el Gobierno no reacciona.

“Ellos se piensan que cuando vienen a Europa o España hay ayudas y pueden vivir tranquilos pero están muy mal, no hay nada, no hay derechos ni para niños ni para mujeres.

España no es un país para refugiados, dicen que no pueden ayudarnos, yo no se por qué”, lamenta este joven refugiado palestino. Dentro de unos días Sajida dará a luz a su bebé, nacerá en España, será su cuarto hijo, el que en teoría crecería en un país de acogida y de futuro. Sin embargo ella, su marido, y la familia de su hermana con otros 6 hijos siguen malviviendo porque nuestro país no cumple ni siquiera su propia ley, ni los mínimos principios humanitarios. "¿Qué está pasando en España para que unos refugiados palestinos piensen que estarán mejor si regresan a su país?", concluye

 
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