O Rajoy o el caos

O yo o el caos. Mariano Rajoy tiene un programa claro, un proyecto concreto para la próxima legislatura. Él y sólo él como garantía del statu quo actual, el mejor en este momento, el único que ofrece garantías de futuro.

Si exprimimos su intrascendente rueda de prensa de hoy, el jugo que se extrae es ése. Hay que mantener el statu quo en la orientación de la política económica, en el encaje de Cataluña en el estado y en la imbricación de los catalanes en el resto del país y en el reparto del peso electoral de los actores políticos. Cualquier cambio, cualquier tropiezo en el camino hacia ese círculo virtuoso del que hoy presumía puede ser muy perjudicial para una recuperación económica que es de cristal. Cualquier tensión territorial promovida por quienes deberían saber que no conseguirán lo que pretenden o cualquier veleidad electoral de los ciudadanos puede devolvernos a la caverna económica. O él o el caos.  Rajoy cree que su hoja de servicios justifica esa posición y le reivindica como el líder, como el mejor candidato para el PP y el mejor presidente para el país.

Pero y qué pasa con la corrupción, con los indices de pobreza, con la amnistía fiscal, con el rescate bancario, qué pasa los intentos de recortar los derechos de las mujeres, con el abandono de la dependencia, qué pasa con los recortes de becas y el aumento de tasas, con la ley mordaza, qué pasa con los inmigrantes sin derecho a sanidad, con las goteras del ministro de interior, qué pasa con todo lo que pasó. Dice Rajoy que lo pasado, pasado está, como si su futuro no dependiera en nada de su pasado. No tengo claro si Mariano Rajoy confía más en la indulgencia o en la amnesia.