Cuando Cher fue la reina del folk

Sonny Bono era un tipo listo, con ojo y con mucho talento. Uno de esas estrellas eclipsadas por el brillo de lo que le rodeó y que fue, sin embargo, uno de los personajes claves en la música de la segunda mitad de los años sesenta con un buen puñado de esas canciones que todo el mundo recuerda. El gran paso de su carrera, y por extensión de la de su mujer, lo dio en el sótano de su casa una tarde de verano de 1965. Bono, que trabajaba junto a Phil Spector, se sentó frente a lo hoja en blanco con la idea de hacer una canción de amor, un tema que fuese una réplica a ‘Aint me babe’, el tema de Bob Dylan que le tenía hechizado.

Si Dylan proclamaba con rabia que él no era el hombre ideal, lo que una mujer buscaba, Bono quiso ofrecer un semblante diferente, un tema sensible, cálido y cercano. Cuando terminó de escribir, leyó la canción, pensó en una melodía y se la enseñó a su mujer. Sonny, que se había divorciado dos años antes, se había vuelto a casar con una chica morena de 19 años a la que todo el mundo llamaba Cher. La pareja entró rápido al estudio para grabar aquel tema, ese ‘I got you babe’, que en cuestión de semanas se convirtió en un gran éxito que se extendía por todo el país para acabar saltando el Atlántico y llegando a Europa. Poco después, y para aprovechar el tirón de aquel éxito, el dúo editó ‘Look at us’, su primer disco. La mayoría de canciones venían firmadas por Sonny, un músico bastante infravalorado a pesar de ser un notable compositor con ojo para los singles de éxito. La unión de Sonny and Cher duró poco más que su matrimonio. Una década después su relación se parecía más a la de la canción de Dylan que su gran tema. Él, poco a poco, se alejó de la música y acabó como alcalde y congresista en California. Ella, en cambio, se convirtió en una gran estrella del cine y de la canción, en una mujer con talento para adaptarse y sobrevivir a los cambios y al tiempo.

Ahora ese ‘I got you babe’ tan tierno y tan escuchado cumple medio siglo, cincuenta años. Una canción que marcó el inicio de una carrera que comenzó en un sótano en una noche de verano. Sin grandes pretensiones, con mucha ilusión.