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De Palma y la tozudez del cineasta

El director de 'Carrie' y 'Los intocables' ha estado en Venecia presentado 'De Palma', un documental sobre su carrera que dirige el cineasta neoyorquino Noah Baumbach

VENICE, ITALY - SEPTEMBER 09: Brian De Palma attends a photocall for 'De Palma' And 'Jaeger-LeCoultre Glory To The Filmmakers 2015 Awards' during the 72nd Venice Film Festival at Palazzo del Casino on September 9, 2015 in Venice, Italy. (Photo by Vittor / Vittorio Zunino Celotto Getty Images

Venecia

La virtud para ser director de cine y perdurar en la industria es la persistencia. Más allá de talento o del carisma, el cineasta Brian de Palma destaca la tozudez como el rasgo más importante de un realizador. “Cuando acabas una película la reacción siempre es la contraria a la que esperabas”, explicaba el director de la icónica Carrie. “Tienes que tener sentido del humor para trabajar en esto”, añadía. Además de Tozudez, es el cinismo y ese humor lo que más destaca de su personalidad, a juzgar por las historietas que revela en el documental De Palma, presentado en Venecia y dirigido por Noah Baumbach, director de Frances Ha.

Baumbach se limita a yuxtaponer declaraciones seleccionadas de más de 30 horas de entrevista grabadas al director de Misión Imposible o La hoguera de las vanidades, junto a escenas de las películas que va explicando y a fotografías de archivo en la que aparecen amigos directores coetáneos al homenajeado como Spielberg, Scorsese o Lucas. Un montaje con abuso del plano fijo, demasiado simple para un filme que habla de uno de los directores que más se deleita en la complejidad de la técnica visual y los planos complicados.

De Palma defiende con una seguridad en sí mismo apabullante todas sus películas, tanto las que triunfaron, como aquellas que fracasaron. "He intentado hacer las películas lo mejor posible para que funcionen. No creo que haya cambiado mi visión de ellas con los años”, ha afirmado el director que cuenta divertidas anécdotas sobre la relación de Sean Penn y Michel J. Fox o el caché de De Niro.

Las dos películas en competición presentadas este martes versan sobre el paso del tiempo. En poética The Heart of a Dog, Laurie Anderson, artista multidisciplinar y viuda de Lou Reed, utiliza su universo poético y artístico para plasmar su propia reflexión de la vida ante la muerte. “Quería mostrar el mundo de la vida tras la muerte”, insistía la artista en la rueda de prensa.

Anderson parte de la muerte de su perra, a la que enseñó a pintar y tocar el piano, para disertar sobre el discurrir del tiempo, sobre el amor y sobre la muerte. Presente está, inevitablemente, la figura de Lou Reed, que falleció hace un par de años. “Lou está presente de muchas maneras. Está en todas las historias, pero además es actor, es uno de los médicos que salen en la escena del hospital”, explicaba la artista a los periodistas. "Se ha producido mucho caos en el mundo en los últimos quince años", algo que Anderson ha querido que constara en su debut cinematográfico en el que aparece su preocupación por la vigilancia a la que somos sometidos o las consecuencias del 11 de Septiembre.

La otra película de sección oficial, comparte temático con Anderson, pero dista en la forma y el ritmo. 11 minuts, del polaco Jerzy Skolimowski (Essential Killing, El grito) es explosiva y acelerada y no da tregua al espectador en la hora y media de metraje. El paso del tiempo es el eje central con uno de los finales más impactantes que se han visto en este certamen. Skolimowski cruza las vidas de 10 personajes durante 11 minutos.

"Hay que aprovecharse tanto como podamos mientras estemos vivos", ha insistido el director de 77 años, que demuestra gran pulso y tensión narrativa en esta historia con alguna que otra similitud –y en esto vuelve a coincidir con Anderson- con el 11 de Septiembre.

 
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