Qué manía con los orígenes, las etiquetas y la identidad

Madrid

En dos horas arranca la campaña electoral para las catalanas del 27 de septiembre. En dos horas se oficializa lo que ya hace tiempo que vivimos, una campaña electoral para unas elecciones que, pase lo que pase, deberían marcar el principio del fin de una situación insostenible.

Pero sobre todo insostenible por esa escalada de frentismo alentada y jaleada por cada uno de los bandos. En estos días parece que el diálogo político es imposible, que la negociación ya no tiene espacio por la radicalización de las posiciones, que habrá que esperar al 28 de septiembre y confiar en que los que apuestan por el entendimiento tengan una rendija por la que colarse. Pero hasta entonces habrá que aguantar y escuchar de todo el mundo aseveraciones que complican el entendimiento.

La última de ayer, del líder de Podemos, Pablo Iglesias. en un intento de relanzar una candidatura encabezada por alguien que sabe infinitamente más de Catalunya que él tuvo la osadía de pedir el voto de aquellos que no se avergüencen de tener padres o abuelos andaluces. ¿Cree de verdad que alguien se avergüenza de esto? ¿Quién cree que ha hecho Catalunya? Los murcianos que vinieron a hacer el metro, los andaluces que levantaron la Exposición Universal, como mi abuelo, los extremeños que adoquinaron las calles y otros muchos que vinieron y se quedaron y que hicieron de Catalunya su casa. Que aquí tuvieron a sus hijos y aquí nacieron sus nietos. Y que muchos de ellos son independentistas.

Sacar ahora a relucir los orígenes de los catalanes es tan lamentable como hablar de ellos para pedir un pedigree. Qué manía tienen todos en coolcarnos en uno u otro bando. Qué manía con las etiquetas, los orígenes y la identidad. Qué manía con esgrimirlo para conseguir votos. Los mismos que critican que la identidad y el sentimiento de pertennecia se utilice para unos fines, intentan utilizarlo para otros.

No creo que en Catalunya nadie se avergüence de sus orígenes, como tampoco creo que el origen te señale fuera de Catalunya. Tomemos aire. Que esto no ha hecho más que empezar. Pero si puede ser, eleven el nivel del debate.