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LA OPINIÓN DE CARLES FRANCINO

Más harto, más cabreado

"¿Alguien tendría coraje para hacer, para decir, para proponer, algo distinto? Esa es la gran pregunta para el día 28, para después de las elecciones; pero me temo que va a seguir también sin respuesta"

La opinión de Francino | Más harto, más cabreado

La opinión de Francino | Más harto, más cabreado

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Madrid

Me van a permitir que apele a su memoria si son oyentes habituales de este programa; y si no, a su paciencia para intentar explicarme. Hoy hace exactamente un año, en el anterior Onze de Setembre, en la anterior Diada Nacional de Catalunya, abrí 'La Ventana con un comentario que titulamos en la web de la SER como: "Harto y cabreado". Me quejaba entonces de sentirme escrutado en todas partes: en Madrid con una intención, en Barcelona con otra; lamentaba el empeño que tienen algunos en ponernos etiquetas, unas en Madrid, otras en Barcelona; y exigía a la política –pero sobre todo a los políticos- respuestas para salir del bucle. Bueno, pues ha pasado un año....y creo, sinceramente, que estamos peor.

Quizás la única ventaja sea que en Catalunya hay elecciones en apenas dos semanas y al menos eso servirá para hacer números de verdad, para que los análisis se basen en datos reales y no en intuiciones...o en prejuicios. Aunque si esos números son más o menos los que apuntan las encuestas...me da que el día 27 no solucionará gran cosa y ese debate perverso entre legalidad y legitimidad va a continuar. Porque a Rajoy le interesa presentarse como el campeón de la unidad de España; y a Mas igual le sirva la cerrazón del gobierno español para poder repetir como presidente. Lo peor de todo eso es que los centenares de miles de catalanes que ahora mismo ya están en la calle reclamando la independencia seguirán frustrados; los otros centenares de miles que se han quedado en casa, también. Y de pasada los millones de españoles que asisten al pulso con más o menos interés, posiblemente acaben hasta el gorro...si es que ya no lo están.

Miren, les dije hace un año que no practico la falsa equidistancia; y no lo hago: creo que en un país democrático –y lo cree esta casa como línea editorial- ningún proceso político puede sustentarse en el desprecio olímpico de la ley. Pero aclarado este punto, ¿alguien tendría coraje para hacer, para decir, para proponer, algo distinto? Esa es la gran pregunta para el día 28, para después de las elecciones; pero me temo que va a seguir también sin respuesta. Porque unos y otros ya estarán preparando la campaña electoral de las generales.

 
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