Desenterrar la memoria

Madrid

40 años después del final de la dictadura, se trata judicialmente por  primera vez el Valle de los Caídos, y es el primer caso en el que una víctima declara en vía civil para proceder la exhumación de dos su familiares.

Purificación Lapeña comenzó su investigación sobre el paradero de los cuerpos de su abuelo y su tío abuelo hace cinco años aproximadamente. Los hermanos Lapeña pertencían al bando republicano y estaban conectados con la CNT. Su vinculación con el bando enemigo les costó la vida. Fueron fusilados al principio de la Guerra Civil y sus cuerpos se enterraron en la lozalidad de Catalatyud (Zaragoza) en dos fosas comunes: en el Barranco de la Bartolina y en las tapias del cementerio local. Sin embargo, se llevó a cabo una extracción hace unos años y los esqueletos no aparecieron. Purificación Lapeña, junto con su marido Miguel Ángel Capapé, Presidente de Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido en Aragón (ARICO), encontraron un circular del año 1959 en el que el Ministerio de Gobernación de aquel entonces informaba del traslado de las cajas con los restos enterrados en Calatayud al Valle de los Caídos. 

El lunes 21 de septiembre el juzgado de El Escorial tomó declaración a los demandantes por lo que el proceso para llevar a cabo la exhumación de sus familiares continúa. Purificación Lapeña solo quiere devolverles la dignidad lejos del Valle de los Caídos.