De la patera al ring, un viaje inolvidable

Santa Cruz de Tenerife

El púgil llegó a España en patera con solo 12 años y ahora tiene 25. Un viaje tortuoso, de riesgos superlativos y con episodios inhumanos le trajo hasta la isla de El Hierro, su primera parada antes de llegar a Tenerife, donde ahora reside.

Selen sufrió abusos en el tramo marítimo hasta el Archipiélago a través de cuatro días en los que vivió “al filo de la muerte”. “Sabía los riesgos”, apunta tras confesar que vino obligado. “Mi padre me dijo: o te casas o te vas”, señala. Más triste todavía es constatar que llegó engañado. “Allí nos dijeron que en España estaban dejando entrar a la gente porque había problemas”, revela.

Aún más duro fue lo que vino después. El trasiego para regularizar su situación laboral, la explotación indignante a cargo del empresario sin escrúpulos que le hizo trabajar “más de catorce horas al día” en una lavandería y los conflictos en el centro de menores donde fue internado.

Afortunadamente, el boxeo se cruzó en su camino.

Iba caminando por la zona de Las Américas, al sur de Tenerife, cuando se encontró con un gimnasio donde daban clases y enseñaban a competir. Ahí cambió su vida. La familia Povedano le enseñó "el noble arte" que es este deporte. De la noche al día, Selen varió sus hábitos y costumbres. “Ahora, nada de problemas”, subraya con la sonrisa puesta. De hecho, ya trabaja para cumplir su sueño y cumplir el nuevo reto de su vida: llevar a quienes le han apoyado al Madison Square Garden.

Con la selección canaria empezó su singladura con una derrota polémica ante un rival vasco, pero ya empieza en el futuro. En forjarse una vida como boxeador y en devolver todo el cariño que le han dado quienes le acogieron en Canarias como a uno más. El sábado perdió pero su verdadero triunfo es otro. El de la integración en este otro lado del mundo donde todo es diferente. “La diferencia con Mali es abismal, como hablar del cielo y la tierra”.