Alberto Garzón: "No entiendo la política como un mercado de fichajes"

El divorcio de un matrimonio que no se ha llegado a consumar, el de Izquierda Unida y Podemos, está siendo algo más traumático de lo que seguramente desean ambas partes. A la ruptura, confirmada anoche, le ha seguido este miércoles una retahíla de reproches y acusaciones cruzadas con las que se intenta explicar el fracaso de las negociaciones en las que unos dicen que buscaban la confluencia para ser más fuertes y otros sumar nombres. Hablamos con uno de los protagonistas de este culebrón: Alberto Garzón.

Escuchando a Pablo Iglesias, da la sensación que Podemos solo quería la inclusión de Alberto Garzón en sus listas pero no de IU, ¿qué conclusión saca de todo esto?

Nosotros hemos estado haciendo esfuerzos notables, fuimos sinceros cuando dijimos que nos íbamos a dejar la piel por intentar una candidatura unitaria rupturista para las elecciones de diciembre cogiendo lo mejor de las experiencias municipales, como la de Madrid o Zaragoza. Todo este tiempo hemos estado hablando con todo el mundo, con partidos políticos, movimientos sociales y Podemos. Es verdad que ellos al principio tenían un planteamiento que era sumar a gente de forma independiente pero también es verdad que en Cataluña y Galicia tenían un modelo distinto, de suma de partidos, que luego hicieron un referéndum para ver si existía la posibilidad de extenderlo a otros territorios. Nosotros empezamos unas conversaciones con optimismo pensando que quizás eso abría la vía a nuevas facilidades. Hay que recordar que Pablo ya me había ofrecido a mí ser miembro independiente de su candidatura y yo le había dicho que no. Por lo tanto, se trataba de unas conversaciones siempre para facilitar acuerdos, para ver las facilidades y dificultades de poder ir conjuntamente, nunca han sido negociaciones. Desde luego no tienen solo que ver con mi persona, sino yo lo habría dicho hace tres meses y habríamos ahorrado ese procedimiento.

Sergio Pascual dijo ayer que se cruzó por el medio Izquierda Unida, ¿sabían que estaban negociando con Izquierda Unida? ¿Usted se lo dijo?

Es evidente y por varias razones. La primera de todas es que soy el candidato de Izquierda Unida, represento a una formación política con más de un millón y medio de votantes, con más de 2.000 concejales en las municipales. Estamos hablando de un proceso que va más allá de las personas, sobre todo porque no entiendo la política como un mercado de fichajes. La política es algo más serio que una competición deportiva en la que uno va contratando como si fuera un seleccionador nacional. Creo que la política es algo que tiene que ver con la ideología, los principios, los valores, y que es verdad que tenemos que encontrar fórmulas para sumar, para trabajar conjuntamente en torno a proyectos en común, y eso es lo que hemos intentado. Pero al mismo tiempo nosotros tuvimos una reunión ayer en la que una delegación de IU y de Podemos se reunieron para ver esas facilidades y dificultades. De hecho, quedaron en verse el jueves, por tanto, las conversaciones iban bastante bien. Lo que ocurre es que Podemos de forma unilateral decidió y entendió que no había más margen y canceló la reunión. Tengo la sensación y así me consta de que ellos tenían siempre presente de no estaban hablando solo con Alberto porque Alberto ya había renunciado hace tres meses a hacer lo que estaban intentando ahora.

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Podemos asegura que la integración nunca ha estado encima de la mesa. Bescansa decía hoy mismo "que nunca han planteado una coalición electoral sino que Garzón se incorporase a las listas del cambio", ¿no ha estado?

Nosotros estamos dispuestos a hablar absolutamente de todo, le damos tanta importancia a pensar en las siguientes generaciones, no en las siguientes elecciones, a pensar en la gente y no en nuestro ombligo que queremos hablar de todos los temas, incluidos los jurídicos, con las siglas, los nombres... Eso es una realidad porque creemos que la política requiere ese tipo de concepción. Sin embargo, no han empezado las negociaciones, no ha estado nada encima de la mesa, solo conversaciones para ver dónde era posible hacer acuerdos y dónde no. Sí es cierto que había posibilidades, como en el caso de Cataluña y Galicia, que hay preacuerdos, a los que damos la bienvenida, y optan por la fórmula de coalición electoral. La contradicción reside en el campo de Podemos que entiende que lo que se puede en estas comunidades no se puede hacer en el resto del Estado.

Porque esto no peligra, lo de Cataluña y Galicia no peligra, ¿no?

Yo no lo veo peligrar, al contrario. Nuestro propósito es que haya candidaturas unitarias en todas las partes y, si se ha conseguido en Cataluña y en Galicia, debería ser un ejemplo. Lo que ocurre es que, por decisión de Podemos, no se puede dar en el resto del estado. Para nosotros esto es un inconveniente, pero no porque lo veamos desde la óptica de Izquierda Unida, sino que es un inconveniente desde la óptica del sentido común. ¿Por qué lo que en Galicia y en Cataluña es posible porque permite sumar y multiplicar no va a sumar en Madrid, Aragón o Andalucía? Eso desde luego es lo que nosotros no somos capaces de responder.

Cojo palabras de una respuesta anterior suya. Decía “nosotros no pensamos solo en nuestro ombligo, no miramos solo a nuestro ombligo”. ¿En Podemos miran solo a su ombligo?

Ellos plantean que la unidad popular se construye en torno al eje vertebrador. Esto no quiere decir que solo miren su ombligo, pero sí que le dan una importancia fundamental al hecho de que Podemos esté presente como fórmula incluso gráfica en unas elecciones. Me parece que representa una visión política que nosotros no compartimos. No lo compartimos porque hemos aprendido del 24-M y hemos aprendido que se ganó la ciudad de Madrid con el nombre de Ahora Madrid, que todo el mundo identificaba como una candidatura unitaria donde se sabía que había gente de Podemos, de Equo, de Izquierda Unida. Lo mismo ocurrió en Zaragoza, en Coruña, en Ferrol… Esas candidaturas no llevan el nombre de Podemos, expresan espíritu unitario y eso es lo que hemos querido construir hasta el momento y lo que estamos construyendo en el espacio de Ahora en Común, que va a decidir sus candidatos en una primarias abiertas donde estará Izquierda Unida y donde nos hubiese gustado mucho que se presentaran otros candidatos porque creo que es un espacio cómodo donde todo el mundo puede participar sin renunciar a su carné, a sus principios, a su historia, a su programa de máximos pero que en cambio en un espacio donde se puede colaborar conjuntamente en un proyecto para llegar a un programa en común. Nosotros entendíamos que ese era el proyecto y después del portazo de Podemos, que cierra de forma clara esta posibilidad, continuaremos adelante para garantizar que haya una candidatura rupturista, unitaria, de izquierda, feminista y ecologista.

Viendo como ha terminado todo, ¿se arrepiente de su acercamiento a Podemos? No sé si tiene una cierta sensación de…’ridículo’ creo que es una palabra excesiva, pero una sensación de que a lo mejor no tendría que haber ido tan detrás de ellos. ¿Tiene esta sensación?

No, porque yo obro en política en función de los principios y los valores. Lo decía antes en la concepción de lo que yo considero política y para lo que yo vine aquí y he estado cuatro años en el Congreso debatiendo con Rajoy, Montoro, Guindos o Draghi, para hacer política. Es por principios y valores. Lo importante es lo que la gente que me para por la calle me dice. Gente que está cobrando 423 euros, o que lleva cinco años en paro… esa gente a mí me dice ‘uníos’, no me dice que tenemos que tener un logo o unas siglas en la papeleta, me dicen que tenemos que unirnos, que tenemos que trabajar juntos. Respondiendo a ese espíritu, ese espíritu de que las siglas no son los importante, sino que lo importante son las políticas que podamos poner en marcha, hemos hecho un acercamiento. No a Podemos, sino a todo el mundo que quisiera formar parte de una candidatura unitaria. Es verdad que no se ha podido, pero no me arrepiento de seguir mis principios y mis valores de la misma forma que no me arrepiento de decir ‘no’ a Podemos. Podemos es un proyecto político diferente al mío, teníamos espacio en común que podríamos haber desarrollado en beneficio de la mayoría social, pero mi proyecto son mis principios y valores de izquierdas que están en Izquierda Unida. Y yo voy a defender eso en diciembre frente a Rajoy, porque eso es otra. Mi enemigo no es Podemos, mi enemigo son las políticas de derecha que recortan en educación, sanidad y en las pensiones. Y ahí es donde me va a encontrar la gente, como siempre.