A contrarreloj

Madrid

El calendario avanza hacia las elecciones y parece que nos hayamos metido en una centrifugadora. En Catalunya los independentistas aceleran, con la complicidad de la presidenta del Parlament, su viaje hacia la independencia. En Moncloa, el presidente Rajoy sigue con su frenética agenda de contactos, no solo líderes de partidos sino también algunos presidentes autonómicos, como si en una semana pudiera recuperar el tiempo perdido en una legislatura. Mientras la hoja de ruta independentista avanzaba, él seguía quieto como si no pasara nada.

Ahora todo se acelera y todo toma un sentido mucho más dramático, como pasa siempre cuando las situaciones se ponen al límite. En Catalunya la oposición en el Parlament intenta impedir que se convoque el pleno que tiene que aprobar la declaración de independencia, y en el Govern salen algunas voces incómodas ante una declaración hecha a medida de la CUP. En Madrid Rajoy escucha mucho la palabra pacto y legalidad pero también le salen invitados incómodos, el viernes fue Pablo Iglesias y hoy Alberto Garzón, los que le insisten en el derecho a decidir de los catalanes. Y, mientras, Rajoy espera, mientras el reloj avanza, a ver si echando mano una vez más de los tribunales puede frenar a los independentistas.

Es para volverse loco. A los catalanes fuera de Catalunya nos preguntan por lo de Catalunya, cuando llegamos allí nos preguntan qué dicen en el resto de España de lo de Catalunya. Se habla de pacto, se lanzan propuestas, los independentistas avanzan, la presidenta del Parlament actúa tomando parte, en Convergencia surgen fisuras. ¿En qué momento se va a congelar la imagen? ¿En qué momento vamos a ver como se soluciona esto?, porque se tendrá que solucionar.

En Catalunya parece que el proceso se ha desbocado, tanto que incluso algunos de sus valedores dentro del Govern se han asustado. Pero Rajoy no debería confiar en que a Artur Mas lo frenen los suyos. La velocidad del proceso ya ni siquiera depende de si está Mas o no. Iniciamos otra semana complicada e incierta, pero cada vez hay menos tiempo.