Rajoy sigue huyendo de los debates. Como (casi) siempre

Madrid

Abramos la semana con una cita, que siempre luce mucho, y recordemos lo que Winston Churchill dijo refiriéndose a la Unión Soviética: «Es un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma». Pues eso, más o menos es lo que nos queda por delante en este mes de diciembre, en el que habrá que alternar el mazapán con las encuestas y el turrón con las bravatas de unos y otros. Por un lado, el temor a nuevos atentados, que arrastra consigo más de un debate de calado. El punto medio entre seguridad y libertad, por ejemplo.

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Pero también sobre los refugiados, todos intentando surfear el problema, menos el representante del PP catalán, el amigo García Albiol, siempre al lado de lo más reaccionario que se lleva por la Europa xenófoba. Pero las mismas dudas nos surgen a todos sobre la situación en Cataluña, donde puede ocurrir casi todo en estos treinta días, por no hablar de cómo van a racionar sus intervenciones públicas los candidatos de los distintos partidos.

Una cosa ya la tenemos clara: Mariano Rajoy, el actual presidente del Gobierno, ha preferido acudir al programa alfombra de Bertín Osborne –el de Paracuellos, ya saben- que al debate organizado por el diario El País donde sí acudirán Sánchez, Iglesias y Rivera.

¿Quieren debatir? Hasta ahí podíamos llegar, dirá Rajoy, el presidente alérgico a confrontar ideas.