La gran travesía

Madrid

“Su vuelo es un susurro que te arrulla el alma”. Así ha descrito Lorenzo Rosenzweig, director general del Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, el vuelo de la mariposa Monarca. “Cuando echan a volar el cielo se torna de un color naranja vivo, incluso tostado. Es un auténtico espectáculo”.

La Monarca es un insecto que hace una de las migraciones más largas del planeta. Estas pequeñas atletas realizan cada año una travesía de unos 9.000 o 10.000 kilómetros desde las montañas canadienses, cruzando Estados Unidos, hasta llegar al altiplano mexicano. Su peso, igual al de diez pequeñas gotas de agua, la convierte en una corredora de fondo sin rival pudiendo llegar a hacer 120 kilómetros diarios. ¿Y cómo saben cuál es su destino? La ruta, en la que vuelan cuatro generaciones, es todo un misterio para los científicos.

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“El santuario puede albergar hasta 200 millones de mariposas”. Este lugar sagrado localizado entre los estados de México y Michoacán está formado por 13.000 hectáreas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2008. Unos bosques únicos e irrepetibles teñidos de naranja y poblados por tribus indígenas para las que esta frágil moradora tiene un gran valor cultural, “representa las almas de sus muertos, de los que ya se fueron”.

La gran amenaza de estos lepidópteros es la pérdida del hábitat de reproducción y alimento en Estados Unidos y Canadá relacionada con la expansión de la agricultura industrial. El aumento del uso de herbicidas ha disminuido de forma drástica la presencia de algodoncillo, su única fuente de alimento. “A pesar de los esfuerzos que se están haciendo por preservarlas siguen en riesgo. El peligro no está en el santuario, está en las rutas migratorias”, afirma Rosenzweig.

Su futuro no es nada halagüeño y otra amenaza se cierne sobre ellas: el calentamiento global. A pocas horas de la inauguración de la Cumbre del Clima en París preguntamos a Rosenzweig si hemos perdido demasiado tiempo en la lucha contra el cambio climático. “El mundo no se está moviendo rápidamente, hay muchos intereses económicos”, afirma.

Si las cosas no cambian el susurro de la Monarca pronto dejará de escucharse en los tupidos bosques mexicanos.