Siguen sin entender nada

Madrid

Hoy, más que nunca la nueva política se ha escenificado dejando en evidencia a la vieja política. Un debate, al que habían sido convocados cuatro de los candidatos a las elecciones del día 20, Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesia y Albert Rivera, y al que sólo han acudido los dos últimos. Un debate organizado por los estudiantes de una universidad, la Carlos III de Madrid, que han dejado pequeño el auditorio en el que se ha celebrado. Más de mil estudiantes escuchando y participando. Un debate inédito al que no han querido acudir ni Pedro Sánchez ni Mariano Rajoy.

Lo del presidente del gobierno era previsible, no va a ir a ningún debate, lo de Pedro Sánchez es más sorprendente, ha rechazado la posibilidad de dirigirse a un público joven, muchos quizás primeros votantes. O cree que los tiene ganados, algo dudoso, o cree que no le interesan, que lo suyo son los telespectadores de algunos programas de televisión. Al principio del debate, alguien ha recordado que si Gregorio Peces Barba, que fue rector de esa universidad, viese el atril del PSOE vacío se avergonzaría.

La organización ha dejado dos atriles vacíos, como vacío va a quedar el lunes el atril de Mariano Rajoy en el debate que organiza el país. Y esa fotografía, junto con la de los dos únicos participantes, Rivera e Iglesias en mangas de camisa, aplaudiendo y aplaudiéndose, batiéndose con las palabras, casi sin reglas, contrastando, que para eso sirven los debates, es la imagen de otra manera de entender las reglas de la política y las reglas de la democracia. Más allá de lo que hayan defendido, más allá de sus lapsus en filosofía, la imagen de hoy era la de dos personas que se han creído lo del cambio, e incluso que se han conjurado para que sea posible.

Los otros dos han perdido la oportunidad y da la sensación de que siguen sin entender nada.