¿Fue un debate decisivo e histórico?

Atresmedia logró ayer un doble éxito. Obtuvo una audiencia espectacular y consiguió instalar dos adjetivos para definir el debate: decisivo e histórico. La sobredosis ha devaluado el sentido de lo histórico pero es verdad que el debate estuvo a la altura de una campaña que lo es, en la que partidos emergentes sin representación parlamentaria se codean de tú a tú con quienes han gobernado el país en las últimas tres décadas y en la que la televisión ha convertido su parrilla en un escaparate político transversal.

Otra cosa es que el debate fuera decisivo, porque de los contendientes ninguno salió noqueado y ninguno logró una victoria por KO, aunque Pablo Iglesias se desenvolviera mejor en un medio que le es familiar. Así que cuesta imaginar que el debate moviera a grandes masas de electores y se podría decir que cuando los candidatos han despertado esta mañana, buena parte de los indecisos, como el dinosaurio de Monterroso, aún seguían ahí. Después está el ausente. Despreciar un debate que siguieron más de 9 millones de ciudadanos por dar un mitin a 600 sí que es histórico. El 20 de diciembre sabremos si la negativa ha tenido algo de decisivo.