¿Denunciar el pasado o ilusionar con el futuro?

Madrid

Entramos en la última semana de campaña y las encuestas –al menos la de Metroscopia- siguen situando al PP en primera posición. Esta noche, por lo pronto, tendremos el debate entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. Por fin el presidente se digna a hacer lo que debía de haber hecho mucho antes, comparecer en persona, y no mandar delegaciones. Ya era hora. Veremos qué pasa, porque Rajoy querrá ofrecernos un futuro luminoso cuando lleva la mochila abarrotada de todas las desgracias que nos han asolado estos últimos cuatro años.

Ampliar

¿Justificará Bárcenas, Gürtel, el paro, los recortes, las tremendas desigualdades sociales generadas por sus políticas? Quizá ofrezca ríos de leche y miel. Pero su principal problema es que ha demostrado ser muy poco fiable. Nada ha hecho de lo que prometió. Subió los impuestos, incumplió todos los años el déficit, hoy hay menos trabajadores de los que se encontró en 2011 y ha llevado al país a una deuda astronómica hasta subirla a la locura del millón de millones.

Enfrente, Pedro Sánchez tendrá una dura tarea, porque además de sacudirle al presidente por su responsabilidad en todos estos desastres, como es evidente y necesario, debe echar la vista hacia delante. Tiene Sánchez la tremenda responsabilidad de hablar de futuro. Y de ilusionar y convencer con propuestas nuevas. Ahí es nada.

Difícil equilibrio: ¿Denunciar el pasado o hablar del futuro?