El dios del siglo XXI

Madrid

Nos preguntamos si religión y deporte van de la mano, si lo deportivo ha sustituido a lo religioso, si ha habido una metamorfosis. El sociólogo Enrique Carretero no duda ni un segundo en afirmar que el deporte es, hoy por hoy, una religión laica. ¿La mayor del mundo? no lo sé, nos dice, pero religión, sin duda.

Así como las religiones tienen unas fechas marcadas en rojo en el calendario, unas citas ineludibles como la semana santa de los católicos, la peregrinación a la Meca para los musulmanes o el Kumb Mela para los hindúes, el deporte tiene las suyas en los Juegos Olímpicos, el Mundial de fútbol o la Super Bowl. Las religiones tienen sus templos y el deporte también, ahí está el Maracana, el Camp Nou o el Bernabeu para el fútbol, Wimbledon o Roland Garrós para el tenis y los Campos Eliseos para el ciclismo.

Pero.... ¿cuándo y por qué se produce este proceso? ¿en qué momento lo laico empieza a tomar tintes religiosos? El sociólogo y profesor de la Universidad de Santiago de Compostela, Enrique Carretero, nos cuenta que todo empieza en el siglo XVI con la aparición del racionalismo. Cuando se enfrenta la ciencia a lo religioso que lo había impregnado todo hasta ese momento. Ese enfrentamiento acabará por hacer retroceder a la religión del espacio público. Es un proceso lento, que se produce en Occidente. En el siglo XIX el proceso ya es irreversible y en el XX el hiperrealismo se ha asentado sobre todo en el llamado mundo occidental. Surge entonces la necesidad de seguir dando salida a la irracionalidad y las emociones por otras vías que no sean la religión. El deporte dará la respuesta oportuna a esa necesidad de mantener un espacio para la pasión y la emoción que nos aleje de la racionalidad dominante. El deporte incorpora además un elemento fundamental, la comunión con otros, la pertenencia a un grupo.