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Los refugiados 'de segunda' de la Unión Europea

Los filtros europeos por nacionalidad exponen a refugiados y migrantes a la violencia de las mafias

Un grupo de migrantes caminan para ingresar a un campamento temporal en Presevo (Serbia) / STR (EFE)

La ruta por los Balcanes se complica para las miles de personas que siguen cruzando estas fronteras cada semana. Macedonia, Serbia y Croacia no permiten el paso a ningún refugiado o migrante que no tenga pasaporte sirio, iraquí o afgano. Esto hace que las personas de otras nacionalidades o las que no tengan documentación, deambulen por su cuenta o crucen con traficantes de personas, a temperaturas que alcanzan los -18ºc.

El tapón empezó en Idomeni, en la frontera entre Grecia y Macedonia, en noviembre del año pasado. Un grupo de iraníes se cosieron la boca, literalmente, como protesta. Los refugiados que provienen de estos tres países tienen permiso para ir en tren hasta la siguiente frontera entre Macedonia y Serbia. Allí tienen que caminar tres kilómetros entre campos de cultivo nevados, a temperaturas bajo cero, para registrarse en el centro de Présevo. Muchos pasan allí la noche, en tiendas de campaña o a la intemperie para seguir su camino hasta Croacia. Son familias enteras, con bebés, ancianos, mujeres embarazadas y personas discapacitadas.

"Pero a otros muchos, de otras nacionalidades, las autoridades no les aceptan en el centro de registro y su situación se vuelve todavía más trágica", dice Valentina Bollenback de la organización de Save The Children. Los que cruzan sin papeles no pueden utilizar transporte público ni taxis, ni dormir en hostales ni albergues porque necesitan tener el pasaporte sellado por las autoridades. "Estuve con un grupo de chicos, menores de 18 años, que decían ser iraquíes. Pero les habían robado los pasaportes y no tenían cómo comprobarlo. La policía serbia les dio dos opciones: arrestarlos o que volvieran a Macedonia. Era la una de la madrugada, viajaban solos, y se fueron caminando a 12 grados bajo cero. Uno iba cojeando. Otro llevaba los zapatos empapados. Otro los vaqueros rotos". Save the Children asiste a los niños, a las madres con hijos y a los menores no acompañados en el centro de Présevo. “Es una ayuda, pero es insuficiente”, reconoce Bollenback, la situación humanitaria para los que no pueden ni siquiera acceder a los centros de registro es realmente grave”.

En la siguiente frontera en su ruta hacia la Europa occidental, la serbocroata, las autoridades croatas han puesto a intérpretes que vuelven a verificar si los que cruzan son de estas tres nacionalidades que las autoridades europeas consideran "aptas" para solicitar el asilo. Un filtro "demasiado arbitrario", según Francisca Silva, asesora para Asuntos Humanitarios de Médicos Sin Fronteras (MSF). "Porque vienen personas de otros países donde están perseguidos y sus vidas corren peligro", y los países europeos no les permiten solicitar el refugio, vulnerando así un derecho reconocido en la Declaración Universal para los Derechos Humanos. MSF asegura que Croacia deporta, cada día, a entre 100 y 200 personas de Irán, Somalia, Sudán, Egipto, etc., y se quedan en un limbo en territorio serbio. "Hemos empezado a prestar servicio por las noches en Belgrado", dice Silva en una entrevista telefónica. La gente cruza de forma ilegal, con traficantes, sobre todo por las noches para no ser descubiertos, sin abrigo, comida ni apoyo de ningún tipo. "Cada vez tenemos más informes de personas deportadas a Serbia que han sido víctimas de violencia de las mafias. Han sido robados, agredidos sexualmente, extorsionados. Esto se suma a los casos de hipotermia, ansiedad y estrés, que también son más frecuentes".

Ahora las organizaciones y agencias humanitarias no sólo tienen el reto de asistir a los refugiados y migrantes en su ruta, en (demasiadas) ocasiones mortal para muchos de ellos. Ahora tienen que averiguar por dónde cruzan los más vulnerables, los que viajan guiados y extorsionados por las mafias; empujados por las políticas comunitarias a usar rutas clandestinas, invisibles para no ser deportados antes de llegar a lo que creen que será un destino seguro.

 
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