Julian fue Draxler

Barcelona

Tiene nombre de crack. Como si lo hubieran sacado de una serie de dibujos animados sobre fútbol. Oliver Atom, Benji Price, Mark Lenders y Julian Draxler. Pero lo cierto es que el joven centrocampista alemán no está teniendo, hasta el momento, una temporada tan exitosa como las carreras de los protagonistas de la mítica serie Campeones.

Draxler le costó al Wolfsburgo 36 millones de euros. Llegó el pasado verano para cubrir el vacío (enorme) que dejaba Kevin De Bruyne, que se iba al Manchester City por cerca de 80 millones. A sus 22 años y tras varias temporadas exitosas en el Schalke 04, Draxler era el escogido para llevar las riendas del nuevo proyecto de los lobos.

Y hasta ayer miércoles, a eso de las 21:15 horas, la verdad es que Draxler estaba decepcionando. A nivel colectivo, la temporada del Wolfsburgo es un fracaso, del que sólo se puede rescatar la clasificación en la fase de grupos de la Champions. Y el joven centrocampista alemán estaba siendo acusado. No tanto de ser el culpable pero sí más de no ser capaz de hacer nada para cambiar la situación. Y los 36 'kilos' pesan y mucho.

Pero la noche belga del 17 de febrero fue suya. Primero, una gran combinación con Vieirinha acompañada de una buena definición. Después, un túnel a Mitrovic y una vaselina preciosa (con permiso de Cristiano, el gol de la semana en la Champions). Dos jugadas plásticas, dos goles fundamentales para su equipo.

Draxler reinó en Gante. Pero el propio futbolista debe ser consciente de que no es suficiente. Julian fue campeón del mundo con solo 20 años con Alemania, en Brasil. Se le ha relacionado durante su carrera con el Manchester United o el Real Madrid. Las expectativas respecto a su carrera son altísimas y debe responder.

Lo de anoche en Bélgica fue una exhibición. Por fin, Julian fue Draxler. En sus botas está que sea punto de inflexión o un oasis en el desierto.