Un argentino imprescindible para el cine español

Madrid

Somos muchos los que creemos que Federico Luppi es al cine español y latinoamericano lo que Sean Connery al cine de habla no inglesa: Un actor que, tan solo con su presencia en un reparto, justifica la compra de una entrada. Ha sido, por ejemplo, un actor imprescindible para Guillermo del Toro en títulos como “Cronos”, “El espinazo del diablo” o “El laberinto del fauno”. También de Adolfo Aristarain con el que rodaría “Tiempo de revancha”, “Un lugar en el mundo” o “Martín (Hache)”.

Federico Luppi ya había trabajado antes en el cine español, por ejemplo a las órdenes de Mario Camus en “La vieja música”, pero a partir del éxito en España de las películas de Aristarain su presencia en nuestro cine se intensificó. A la vez la situación económica de Argentina se fue haciendo cada vez más y más dura. En 2001 Luppi sufrió los efectos del llamado corralito argentino. Gran parte de sus ahorros quedaron inmovilizados en el banco y decidió trasladarse a vivir a nuestro país. Tras varios años trabajando aquí consiguió la nacionalidad española, se casó con la guionista y actriz Susana Fernández e incluso debutó como director en nuestro país con la película “Pasos”. Como él suele decir en broma, sólo le falta una cosa para certificar su españolidad y es ganar un Goya.

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Luppi ha sido candidato en dos ocasiones y las dos el mismo año: 1996. Una como mejor actor por “Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto” y otra como mejor actor de reparto por “La ley de la frontera”. En cambio tiene seis Cóndor de Plata del cine argentino. En la actualidad vive a caballo entre Madrid y Buenos Aires y a pesar de sus casi 80 años aún no piensa en la jubilación. Pronto le veremos junto a Clara Lago en la película “Al final del túnel” y es también uno de los protagonistas de “Magallanes”, la película peruana que fue candidata en los pasados Goya en la categoría de mejor film iberoamericano.