Los rostros de la precariedad
¿Cómo medimos la precariedad? ¿cuáles son los males de nuetro mercado laboral? ¿es el activismo y la lucha social organizada la única respuesta?
Madrid
Mayte tiene 36 años y en octubre de 2013 perdió su trabajo después de casi once años en la misma empresa. Desde entonces ha encandenado trabajos temporales –de tres meses de duración en el mejor de los casos– que le han limitado cada vez más en lo económico y en lo personal. Actualmente trabaja 13 horas a la semana por 320 euros al mes.
Laly es sólo un ejemplo de la precarización de las camareras de piso (las limpiadoras de habitaciones de hotel). A sus 53 años de edad encabeza el movimiento de un sector que siempre ha sido despreciado por su condición de mujeres y de empleadas de la limpieza. Denuncia una carga de trabajo excesiva, incumplimiento de convenios generalizado y la externalización del sector en detrimento de las profesionales empleadas en los hoteles.
La historia de Juan es el paradigma del trabajador pos burbuja inmobiliaria. Con 51 años, y más de 30 en el oficio de la construcción, se ha visto obligado a salir de su provincia (y de su país) para encontrar un trabajo al que dedicar más horas por menos dinero. Pero emigrar no ha sido lo peor. La precarización del sector le ha llevado a firmar nóminas que reflejan una remuneración que nunca es tal y a sumergirse en jornadas de más de diez horas para poder llegar a los 50 euros diarios.
Los que han sido despedidos de sus trabajos y los que siguen trabajando en condiciones laborales cada vez más precarias tienen un nexo en común: los años en los que el trabajo tenía un sentido, permitía la narración de una historia de vida dentro de tu familia, tu comunidad, tu lugar y tu cultura son cosa del pasado. Hablemos hoy de los que continúan trabajando en condiciones laborales que en millones de casos no permiten llegar a fin de mes. Un mundo que provoca depresiones y algunos suicidios, tanto en hombres como en mujeres. Gente que malvive mal pagada, con la amenaza de escuchar la palabra temida: "Ya no contamos con usted".
José Martí Gómez se dio cuenta hace tiempo de que trabajar en España no significa necesariamente llegar sin problemas a final de mes. En este Diálogo de domingo de A vivir recogemos tres testimonios valientes que, por desgracia, representan a millones de trabajadores precarios de nuestro país.
Los datos del paro están medidos. Según la última Encuesta de Población Activa en nuestro país hay casi 4.780.000 desempleados pero, ¿cómo medimos la precariedad? ¿cuáles son los males de nuetro mercado laboral? ¿el contrato único o la derogación de la reforma laboral acabarían con esta situación? ¿es el activismo y la lucha social organizada la única respuesta? Contestan a estas preguntas Joan Romero, catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Valencia; Ignacio Pérez Infante, economista y miembro de Economistas frente a la crisis; y Juan Antonio Fernández Cordón, doctor en Economía y demógrafo.
EL DIÁLOGO (28.02.2016)
40:58
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Antonio Vico
(Jaén, 1992) Ligado a la radio y a la Cadena SER desde 2012. Trabaja como productor y guionista de 'A...