El Fernando Alonso de siempre

Madrid

Anoche en Barcelona recibíamos a Fernando Alonso, después de cuatro años bajo las prohibiciones de Ferrari para que no estuviera en la radio española, aunque allí le obligaban a atender a todos los periódicos y revistas italianas.

Ampliar

Cerrar

Le vi muy delgado, con unas marcas rojas en los pómulos -de una alergia, dice él- y consciente de que los Mercedes y Ferrari están muy lejos de su Mclaren, aunque él cree que este año va a ser diferente. Me aseguró que jamás pensó en dejarlo. Se ve piloto y se siente piloto, y está convencido de que va a volver a ser campeón del mundo, aunque no esta temporada.

Le duele su Real Madrid, y le preocupa este país al que algunas veces le cuesta reconocer cuando regresa después de largos viajes. Cree que nos unen más cosas de las que nos separan a todos y, sin embargo, nos empeñamos en destruirnos entre nosotros. Su voz me resultó más pausada, más tranquila. Pensé que era el cansancio tras un día duro en los circuitos, pero más tarde me di cuenta que no. Que era el Fernando Alonso de siempre. En estado puro. Permitiéndose decir las cosas como las siente y en libertad, pero con la voz más baja e igual de claro.