Dos meses y medio de consultas, acuerdos, desencuentros y una declinación
El camino hasta llegar al pleno de investidura fue largo y tuvo su punto de inflexión cuando Rajoy no aceptó presentar su candidatura en el debate
Madrid
Después de las elecciones, Rajoy abría una ronda de reuniones con los líderes del resto de partidos. El presidente en funciones apostaba por la gran coalición, pese a que el PSOE ya le había dado su negativa. Ciudadanos ya por entonces también pedía un entendimiento a tres bandas. A principios de enero, Pedro Sánchez viajó a Portugal para conocer de cerca cómo se fraguó allí el pacto de izquierdas. Otro gesto de esos días: Sánchez cedía dos senadores a la marca de Convergencia para que tuviera grupo propio en el senado. El 13 de enero se constituían las cortes, entre rastas y otras anécdotas. El 18 de enero empezaba la ronda de consultas con el Rey al tiempo que el PP insistía en que Rajoy estaba dispuesto a presentarse a la investidura.
Viernes, 22 de enero, todo está a punto de cambiar. Pablo Iglesias llegaba a Zarzuela antes de que lo hiciera Pedro Sánchez. Y mientras el líder socialista estaba reunido con el monarca, Pablo Iglesias ofrece un Gobierno al PSOE con él de vicepresidente. La oferta de Iglesias dinamitaba la jornada, que aún estaría a punto de vivir el primer punto de inflexión de estos meses. Porque por la tarde cerraba la ronda de consultas Mariano Rajoy. Hemos dicho que el PP decía que el presidente en funciones tenía intención de presentarse a la investidura. Pero Rajoy cambió el guión Con su declinación empezaba una nueva etapa, la que conducía a una segunda ronda de consultas con el rey. Vuelta a empezar.
El rey encarga entonces a Patxi López una segunda ronda de consultas. Esa semana del 25 de enero hubo comité federal del PSOE y, antes de él, Sánchez escuchó en Ferraz de sus barones el no a un pacto con Podemos. También esos días irrumpía una voz histórica en el partido, la de Felipe González, que pedía un Gobierno del PP con Ciudadanos y la abstención del PSOE.
Llegó el comité federal el 30 de enero y Pedro Sánchez anunció por sorpresa una consulta a la militancia de cualquier acuerdo con otros partidos. El 2 de febrero el Rey pidió a Sánchez que se presentara a la investidura y el socialista aceptó. Rajoy esta vez no tuvo que declinar, puesto que el monarca no se lo ofreció.
Sánchez empezó a reunirse con los líderes de los partidos con los que buscaba un acuerdo. Y también con Rajoy, aunque por puro protocolo. Fue entonces, el 12 de febrero, cuando se produjo el no saludo entre los dos líderes. Tres días después Patxi López ponía fecha a la investidura, 2 de marzo, aunque luego sería adelantada al uno. Y el 15 de febrero Iglesias presenta al PSOE sus propuestas y suaviza el tono con el referéndum catalán, una de sus famosas líneas rojas desde el 20 de diciembre
El 22 de febrero, los equipos de trabajo de PSOE, Izquierda Unida, Compromís y Podemos se reunían, mientras en otra sala del Congreso también estaban entrevistándose Pedro Sánchez y Albert Rivera. Se estaba fraguando lo que se anunciaría el 24 de febrero: el acuerdo PSOE-Ciudadanos. Un pacto rubricado apenas cuatro días de que el PSOE consultara a la militancia sus pactos. O su pacto, porque los socialistas solo lograban cerrar este con los de Rivera. Y con ese acuerdo sobre la mesa, ratificado por el comité federal del pasado lunes, Sánchez llegó el martes al debate de investidura.