Merkel y Tsipras se necesitan

Madrid

Merkel busca aliados en la crisis de los refugiados. Francia justifica su inacción con el problema de Calais. Austria se ha desmarcado de la canciller y los países del Este hace tiempo que le dieron la espalda. Quien se lo iba a decir a Alemania cuando peleó por la entrada de aquellos paupérrimos estados con el objetivo de ampliar su mercado natural y situarse en el centro político de la Unión Europea. España rechinó los dientes entonces cuando nuestras regiones pasaron a ser ricas por la ley de las estadísticas.

Con España en hibernación gubernamental e Italia claramente enfrentada a Berlín, a la canciller solo le queda su enemigo del verano pasado: Alexis Tsipras. El primer ministro griego sabe que su país no podrá aguantar el actual flujo migratorio, pero podría hacer un esfuerzo si Turquía lo frena y Merkel suaviza las condiciones del pago de la deuda que asfixia su economía. Algo que Tsipras ha prometido a los griegos tras el último esfuerzo de la nueva reforma de las pensiones que le exigen los acreedores.

Merkel puede salvarse, salvando a Tsipras.