Sigan quietos, que mientras gobierna el PP. Tan ricamente

Madrid

Quizá tengan un único aliciente las segundas elecciones: que harán imposibles unas terceras. Así que de esos hipotéticos resultados de un hipotético 26 de junio, ya no vamos a salir, y sean los que sean, todos tendrán que arar con esos bueyes. Hay quien considera que serán muy parecidos a los del 20-N, pero otros confían en haber obtenido algún rédito de las maniobras de estos dos últimos meses.

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Da igual: habrá que pactar lo que haga falta y retorcerse los higadillos para ceder con quien antes considerábamos un desecho de la sociedad, un detritus ideológico al que ni siquiera había que mirar. Así que convendría que vayamos acelerando las gestiones necesarias para que en el plazo más próximo posible, podamos despedir como se merece al gabinete de Mariano Rajoy que, no lo olviden, todavía hoy campa por sus respetos.

Es posible que no tengamos Gobierno, pero los ministros mantienen su poder intacto, y las leyes que impuso el Partido Popular, con el poderoso rodillo de su mayoría absoluta, están vigentes y en activo. Se contrata –cuando se contrata- de la humillante manera que ellos quisieron, se detiene en base a su ley mordaza y la enseñanza sigue su curso con las ocurrencias del señor Wert, tan ricamente instalado en París a nuestra costa.

Corran un poco, por favor, que esto no hay cuerpo que lo aguante…