El 8 de marzo de las niñas sirias
Europa les dijo ayer, víspera del 8 de marzo, que no tienen identidad, ni derecho a soñar de forma individual, que son un problema colectivo y que no escuchará su historia
La opinión de Pepa Bueno: 'El 8 de marzo de las niñas sirias'
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Madrid
Hiba tiene 9 años y quiere ser pediatra, Haja tiene 12 y quiere ser astronauta, Malack, 16 y siempre soñó con ser policía no sólo para mantener el orden, dice, sino para contribuir a una sociedad más justa, Fátima tiene 11 años y su aspiración es ser cirujana, y Nour, 18 y aspira a ser algún día abogada. Todas ellas viven en el campo de refugiados de Zaatari, el segundo más grande del mundo, en la ciudad de Mafraq, al norte de Jordania. El Comité Internacional de Rescate envió a la fotógrafa Meredith Hutchison a ese campamento a fotografiar niñas sirias y a preguntarles cuáles eran sus sueños. Y ya ven, son los mismos que los sueños de nuestras Paulas, Anas o Marías.
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Si todavía las nuestras encuentran barreras, imaginen aquellas que arrastran una guerra, han visto caer bombas, morir a sus familias, han pasado todo tipo de penalidades y violencia, y ahora afrontan su adolescencia hacinadas en tiendas de campaña. Sin más esperanza que sus sueños. Porque no los han perdido. Estas niñas, serán algún día las mujeres que tendrán que reconstruir Siria con sus compañeros.
A estas niñas si se atreven a venir a Europa vía Grecia a cumplir su sueño, Europa les dijo ayer, víspera del 8 de marzo, que no tienen identidad, ni derecho a soñar de forma individual, que son un problema colectivo y que no escuchará su historia, ni les aplicará las leyes internacionales. Que son menos que nada. Que no solo no permitirá que se conviertan en médicas, astronautas o abogadas, sino que en cuanto lleguen las enviarán a otra tienda de campaña en Turquía, porque los líderes europeos no saben organizar la acogida y temen perder sus elecciones si cumplen la Ley. Ojalá nuestras Paulas, Anas, y Marías no tengan que padecer algún día el ojo por ojo, las consecuencias, la herencia que siembra esta barbarie.