¿Contar calorías para adelgazar? Nunca

Madrid

Convertirnos en una calculadora de contar calorías, recurriendo a las cada vez más variadas aplicaciones móviles, y hacer un balance al final del día de todos los alimentos consumidos puede llevar fácilmente a error. ¿Por qué? Para empezar, porque no todas las calorías tienen el mismo efecto. No es lo mismo comer 100 calorías de azúcar que 100 calorías de pescado. La forma en que nuestro cuerpo las procesa y asimila es muy diferente. No se trata, en definitiva, de saber qué cantidad de calorías hemos ingerido sino también de qué tipo.

Obviamente las calorías importan, y es necesario conseguir cierto equilibrio entre lo que consumimos, lo que gastamos y la forma en la que se distribuyen esas calorías por macronutriente.

Pero si queremos utilizar este método de manera correcta tendríamos que pesar todos los alimentos que ingerimos a lo largo del día, esto puede llevarnos a obsesionarnos. Esa obsesión puede derivar incluso en un trastorno de alimentación, tal y como explica Eva Dacruz, psicóloga especializada en trastornos alimenticios en el Centro Gatca.

Las personas que suele contar calorías acaban viendo los cuerpos como un sistema cerrado, en el que entran y salen calorías. Si la diferencia entre estas es positiva (entran más que salen) engordas, y si es negativa adelgazas. Eso les lleva a autolimitarse la ingesta de una importante variedad de alimentos.

En su centro atienden a las personas que llegan ya en situaciones extremas y tratan de ayudarles a comprender que las obsesiones que han creado en su mente no son reales. Por ejemplo, que no van a engordar por no haber corrido 20 minutos un día. Por eso la educación es fundamental. Según Dacruz debemos aprender a comer desde pequeños y a lo largo de toda nuestra vida.

Las hormonas

La forma en la que el cuerpo procesa, almacena y libera energía está regulada por las hormonas; así que es fundamental entender cómo lo que comemos, y cómo vivimos, ayuda a mantener o desajustar el equilibrio hormonal que requerimos, no sólo para estar delgados, sino para mantenernos sanos.