Crítica y público, ¿relación imposible?

Madrid

A sus 63 años, recién estrada Los pájaros, Alfred Hitchcock era considerado por la crítica anglosajona como un cineasta comercial. El público le amaba, su serie Hitchcock presenta era un exitazo televisivo, pero la crítica no le consideraba lo suficientemente sesudo hasta que la Nouvelle Vague francesa comienza a reivindicarlo.

La gran dama televisiva de Estados Unidos es Shonda Rhimes. Sus series son vistas en todo el país y es la única mujer que tiene tres ficciones en una misma cadena en la misma temporada. Sin embargo, la crítica la considera una creadora masiva de guilty pleasure.

Algo parecido le ocurrió, aunque fuera del ámbito cinematográfico, al personaje que interpreta Antonio Banderas en Altarmira. Un ricachón, arqueólogo aficionado, fascinado por la ciencia en 1878, una época donde la Iglesia católica se resistía a perder su hegemonía, pese al incipiente pensamiento moderno y darwinista. Este señor, que junto a su hija descubrió la cuevas de Altamira, fue vilipendiado por los curas, pero también por unos envidiosos científicos, tras descubrir que el hombre paleolítico no era un salvaje.

Son los tres personajes de La Script de este sábado junto con los  desinhibidos protagonistas de Kiki el amor se hace, la comedia en la que Paco León reivindica que hay tantas sexualidades como personas y tantos modelos de familia y de relación como se nos ocurran.