El viaje de los cuerpos celestes

Madrid

Lo cierto es que ocurrió.

Y debió ocurrir de forma muy verosímil a la que describe la imaginación del autor que novela la historia.

“El viaje de los cuerpos celestes” es la recreación de un viaje alucinante y lleno de prodigios, que llevó a un puñado de mujeres y hombres a un reparto de reliquias por el convulso corazón de Europa central, que debatía sus latidos entre la Reforma y la Contrareforma.

Dieciocho esqueletos de los primeros mártires anónimos cristianos que habían sido redescubiertos por casualidad en las perdidas catacumbas de Roma.

Dieciocho esqueletos articulados ornamentados con sedas, oro, plata y piedras preciosas, cuya visión sobrecogía y llenaba de asombro al espectador, no dejando indiferente a nadie.

Dieciocho reliquias bautizadas solemnemente por un Papa visionario, Gregorio XIII, que vio en ellos una suerte de “soldados celestes” prestos a reforzar la fe y servir de rompeolas contra luteranos y calvinistas.

Dieciocho cuerpos celestes que viajaran al mando del capitán Moncada, veterano del Tercio Viejo de Sicilia, el joven cocinero Gayarre, con sus clases magistrales de cocina del Renacimiento, la madre superiora Wenke que llevará hasta el límite el exigente mandato del Papa, una escuadra de Guardias Suizos para la custodia de aquel tesoro ambulante y una peculiar compañía de teatro, que congregará multitudes con las cruentas y espectaculares representaciones de los martirios de los santos.

Para su desgracia no estarán solos, porque los hombres del caudillo rebelde Guillermo de Orange también parecen muy interesados, por razones bien diferentes, en las reliquias.

Esta es la historia de aquellos “cuerpos celestes” y de los hombres y mujeres que hicieron posible un viaje prodigioso que cambiaría sus vidas para siempre.