Bru Rovira: “Cuando el periodismo pierde la dimensión humana se desvanece”

Barcelona

Esta mañana en Hoy por hoy con Gemma Nierga, hablamos con un periodista al que todos los aspirantes a este oficio deberían tratar de imitar.

Nos contó durante años los horrores de guerras y conflictos, como el de los Balcanes, Ruanda, Congo o Somalia. Ahora Bru Rovira colabora en A vivir que son dos días, antes trabajó 25 años en La Vanguardia, y lleva años mostrándonos realidades mucho más cercanas; las que circulan en lo que él llama “carreteras secundarias”. Historias pobladas de gente que nada tiene que ver con las portadas de los periódicos, ciudadanos anónimos y marginales en los que nadie se fija.

Bru Rovira, recoge ahora en un libro, tan duro como tierno, el relato de algunos personajes que conoció hace algunos años en la Barcelona más castigada, el periodista dice que “es un libro sobre personas”, lleno de historias, como la de Ana Luisa, de la que Rovira cuenta que es “una mujer que toca el piano y va perdiendo las teclas del piano porque se las van comiendo los ratones, ahora cuando pierde una nota ella la siente en su cabeza”. El libro lleva por título Solo pido un poco de belleza.

Para escribir el libro y conocer las historias de estas personas “anónimas”, Bru Rovira acudía los miércoles a un centro social donde se reunían alcohólicos, el escuchaba y les hablaba de África, nos reconoce por tanto que si eres periodista, “eres un ladrón de historias”.

Bru Rovira reivindica el periodismo de antaño, el que cercaba las historias y las contaba, porque para él, “lo más bonito de periodismo son las historias”, y nos cuenta que no hay olvidar a las personas, “cuando el periodismo pierde la dimensión humana se desvanece”.