La tierra se sigue moviendo en Ecuador

Este domingo se cumple una semana del terremoto de 7,8 grados en Ecuador, el más devastador en 30 años. El presidente del país, Rafael Correa, ha firmado un decreto declarando ocho días de luto oficial. Y mientras el pueblo trata de recuperarse de la sacudida, las réplicas no cesan. Unas 788 se han contabilizado en la última semana. La madrugada del viernes la zona más afectada, la provincia de Manabí, ha vuelto a temblar con un terremoto de 6 grados. Según la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, el saldo provisional de víctimas se sitúa en 654 muertos, 38 desaparecidos y más de 12.000 heridos atendidos.

Más de 1.000 especialistas en labores de rescate nacionales y llegados del extranjero continúan sacando cuerpos con vida bajo los escombros, 113 hasta el momento, aunque las esperanzas de encontrar más se reducen con el paso de los días. Lo peor será reconstruir y volver a la normalidad en las próximas semanas. Es hora de reubicar a los damnificados sin hogar, aquellos que han salvado su vida pero lo han perdido todo. Se estima que unas 26.000 personas han sido acogidas en albergues improvisados. Además, cerca de 7.000 inmuebles han quedado destruidos y casi 3.000 afectados. El número de escuelas afectadas asciende a 281, y los daños en las carreteras ralentizan la llegada de la ayuda para el reparto de comida y agua. Sin embargo, la ayuda no será suficiente sin más aportación de los ecuatorianos. El presidente Correa ya ha anunciado una subida del IVA del 12 al 14% durante un año, y la aportación de un día de sueldo para aquellos que ganen más de 1.000 dólares al mes.

Es en estas catástrofes donde sale lo mejor y el peor del ser humano. La colaboracion ciudadana en la zona está siendo fundamental en los rescates. Aunque también desde fuera de Ecuador. Más de 20 países de todo el mundo han enviado ayuda humanitaria. En el otro extremo está el temor a los saqueos en ciudades que han quedado reducidas a escombros, como Pedernales, considerada la zona cero del seísmo, o Manta, el lugar donde más víctimas ha habido. Junto con las labores de rescate, el Gobierno ha puesto en marcha trabajos para restituir los servicios básicos. La ONU tambien se solidariza y, según el secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios, Stephen O'Brien, harán un llamamiento de emergencia para ayudar con suministros básicos durante los próximos meses. Medidas para hacer frente a la catástrofe en el estado de excepción declarado durante 60 días.