La historia de su fracaso

Madrid

Hoy ha empezado la ceremonia que va a oficializar lo que llevamos semanas intuyendo, que vamos de cabeza a unas elecciones anticipadas. El rey ha iniciado la ronda de contactos, la tercera, con los representantes de los partidos políticos y, salvo sorpresa mayúscula, no le va a encargar a nadie que intente formar gobierno, se convocarán elecciones y el 26 de junio a votar.

Habremos acabado, por fin, con esta especie de representación teatral, que empezó la misma noche del 20 de diciembre y cuyo guion se ha ido escribiendo hasta hoy a base de llamadas, whatsapps, telegrams, reuniones a dos, a tres, a cuatro, encuentros bilaterales, ruedas de prensa y declaraciones, miles de declaraciones, nunca habíamos visto a políticos tan locuaces y tan omnipresentes.

Tan todo, y tan incapaces de llegar a un acuerdo para evitar unas nuevas elecciones. Y la responsabilidad es de todos, tanto del que ha hecho mucho, como del que no ha hecho nada, tanto del que ha vetado como del que se ha creído importante con pocos escaños. Todos y cada uno de ellos son los responsables no ya de una nueva convocatoria, son los responsables del resultado que pueda salir de ella. Y, si hacemos caso a las encuestas, el PP ganará, otra vez, con tranquilidad, a pesar de los pesares que son la corrupción y la alergia de su líder a tomar la iniciativa. Y el resto a repartirse el pastel. Nos queda por saber si después de esta segunda vuelta serán capaces de evitar una tercera, ¿se imaginan?

Se pone en marcha, pues, la maquinaria para responsabilizar al otro del fracaso como si los que tenemos que ir a votar no supiéramos que son todos responsables porque ellos mismos se han encargado de retransmitir al minuto la historia de su fracaso.