¿Avances estratégicos sobre la retaguardia?

Madrid

Esto de las dimisiones y las renuncias no deja de tener su aquel. El caso de Carmen Chacón, por ejemplo, es llamativo, porque nos ha anunciado solemnemente que no será la número uno por Barcelona en las listas del PSC. Decisión bastante sorprendente, entre otras razones porque todavía no la había elegido nadie. No es la primera vez que Chacón renuncia en su vida política de una manera un tanto sui generis. Recuerden que en 2014 nos anunció su renuncia a presentarse a la secretaría general del PSOE, antes de habernos comunicado que se iba a presentar. Poco antes, había dejado aquí el lío catalán en todo su esplendor y se fue para Miami, un clima extraordinario. Ahora ha alegado motivos políticos, pero que no son relevantes, ha dicho, abonando el campo para que crezcan las maledicencias. ¿Se retira para coger impulso y atacar las tibias de Pedro Sánchez? Cualquiera sabe. También Irene Lozano dice que no irá en las listas del PSOE, y tampoco en este caso nadie había asegurado que fuera a repetir. Tan fugaz como liviana ha sido su presencia. Y es que hay gente, repetimos, que se despide de los honores de forma bastante estrambótica. Ahí tienen a Pablo Iglesias, que a golpe de tambor nos anunció un día que renunciaba a ser vicepresidente del Gobierno. Así, como si tal ensueño fuera real…

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