Rufus Wainwright, en 'A vivir'

Madrid

Cuenta Rufus que, en el lugar en el que él nació, Shakespeare era parte fundamental de la cultura, por lo que se veía expuesto continuamente a su obra cuando era pequeño. En principio, su lectura le parecía aburrida, hasta que llegaba un momento en el que se producía el descubrimiento, y se establecía una conexión mágica con su lenguaje.

Este trabajo comenzó hace ya diez años cuando Wainwright ‘musicó’ uno de los sonetos (‘When in disgrace with Fortune’) –que en el disco canta Florence Welch- que fue un encargo cuyos beneficios fueron a parar a la Real Academia de Arte Dramático. Más tarde se unieron nuevos encargos, en esta ocasión de las Orquestas de Berlín y de San Francisco.

No le ha costado demasiado que tantas estrellas de la música y de la interpretación se hayan unido al proyecto. “La mezcla de Shakespeare con Deutsche Gramophon –que es el sello que edita el disco- es una buena tarjeta de presentación. Y luego estoy yo, la gente sabe que si hace algo artístico en colaboración conmigo, ese algo va a ser único. Eso ocurre porque ya he hecho un montón de álbumes y nunca he arriesgado mi integridad artística”.

Los sonetos fueron escritos por Shakespeare para dos amantes: un hombre y una mujer. Rufus no se plantea la supuesta bisexualidad del autor, a él sólo le interesa que “hay una cualidad seductora en esos poemas, que fluye a través de todos los sonetos, sea entre dos hombres o entre un hombre y una mujer… ¿quién sabe si Shakespeare era gay o bisexual?”

Hijo y hermano de artistas

En el Día de la Madre, Rufus recuerda a la suya, Kate McGarrigle, fallecida hace seis años: “nos crio a mi hermana y a mí en un hogar lleno de música. La música era una fuerza constante en casa. Es curioso, porque yo asumí que esa insistencia por la música era algo normal... unos años después de su muerte, me he dado cuenta de lo especial que eso era, que alguien estuviera tan volcado en la música”.

Él también es padre, tiene una hija, Viva, con Lorca Cohen, la hija de Leonard Cohen. “Me encantan los niños cuando son pequeños, son muy monos. Pero honestamente, cuando empiezan a desarrollar su personalidad y se hacen más sofisticados…es una locura. Y eso llega pronto, en torno a los cinco años, y mi hija tiene cinco años, así que ahora es como tener una persona de verdad a tu lado”.

Músico para pequeños aforos

Wainwright es un músico de espacios pequeños, no de grandes estadios, y no envidia a los colegas que hacen conciertos para miles de personas. “Estoy en un punto en el que me pagan muy bien por lo que hago. Y toco en los teatros más bonitos del mundo, como el Teatro Real de Madrid, en el que toco este verano. He tocado en el Covent Garden, en Carnegie Hall… A veces, si tienes mucho más éxito, terminas tocando en antros, o en pistas de patinaje sobre hielo, sitios así. Creo que el lugar en el que estoy es un sitio agradable”.

El dinero no es una de sus grandes preocupaciones. “Cuando decides ser artista sabes que vas a sufrir…esa es la naturaleza de la bestia. No me he metido en este oficio para hacerme rico, si fuera así, habría sido banquero. Está bien ganar dinero, pero para mí lo importante siempre ha sido la música”.

¡Que viene Trump!

El músico norteamericano también nos ha dado su punto de vista sobre algunas cuestiones de la política de su país. Por ejemplo, ha manifestado su temor a que Donald Trump pueda convertirse en presidente. “Ahora que parece que va a ser nominado como candidato, esa elección se convierte en una cuestión de derechos humanos, de protección medioambiental, de movimientos antibélicos…Todos tienen que ir contra Trump porque es muy peligroso. A mí me gusta Hillary, soy muy fan suyo y nos queda mucho trabajo por hacer”.

El futuro

Ahora tiene ganas de hacer otro disco de pop. “Si soy honesto, me encantó hacer mi primera ópera, Prima donna; me ha encantado hacer este disco de sonetos, ahora una nueva ópera…pero tengo hambre de pop, de salir y ver qué le gusta a la gente, tengo muchas ganas.”.

El 16 de julio Rufus Wainwright participa en el ciclo Universal Music Festival en el Teatro Real de Madrid.