Las 100 mejores ideas del inventor de la lavadora para hombres

Madrid

Poner un asa en los botes de gel y que no se te escurran en la ducha, añadir un tercer cuerno al cruasán para compartir, insertar una minipantalla de televisión en el microondas para no embobarte con un plato dando vueltas, o crear unos envoltorios silenciosos para cines, son algunas de las 100 ideas para llevar que el reconocido inventor Pep Torres ha guardado en secreto durante diez años y ahora ha decidido desvelar para facilitarnos la vida. “No hay ideas buenas o malas, hay las que se hacen y las que no”, ha sentenciado el creador del Miba (Museo de las Ideas y los Inventos de Barcelona) esta mañana en Hoy por Hoy con Gemma Nierga.

Torres apuesta por todo tipo de ideas, aunque muchos las puedan considerar ridículas o inútiles, pero su mente no para de dar vueltas a todo lo que se le vaya ocurriendo. Y ha asegurado que lo que le diferencia de otro inventor no es que sus ideas sean mejores o peores, sino que él las lleva a cabo. “El problema de las ideas es que aparecen cuando estás relajado en el fin de semana, pero llega el lunes y no te pones a ello. La única diferencia entre ser inventor o no es que el lunes lo haces”.

La política también tiene su hueco entre los inventos y el escritor propone el antivoto, un sistema para demostrar qué partido político no quieres que salga. “Hay veces que no sabes a favor de quién votar pero sí tienes claro quién no quieres que salga. Así que dos votos negativos anularían uno positivo sobre ese partido”, ha explicado.

La única diferencia entre ser inventor o no es que el lunes lo haces Pep Torres

El inventor de la lavadora para hombres –que consiste en un sensor de huellas digitales en el electrodoméstico para que una misma persona no pueda poner dos veces seguidas la lavadora y así la pareja tenga que tunarse– ha comentado que en su oficio, además de poner en práctica las ideas es necesario patentarlas. Y lo sabe por experiencia propia porque en alguna ocasión no ha podido seguir adelante con sus propuestas porque alguno se le adelantó.

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Fue durante un programa de Crónicas Marcianas donde mostró su plato sopero inclinable, para no tener que levantar el recipiente en la última cucharada y, cuando fue a patentarlo con el diseño hecho directo para comercializarlo, otro lo había hecho antes. “Si lo divulgas públicamente pierdes el derecho a patente”, ha lamentado.

Aunque puede considerarse un gran desembolso inicial –la patente suele rondar los 1.500/2.000 euros– Torres ha considerado que se trata de una inversión porque si sale adelante, se acaba ganando dinero. Por ello, el creador ha invitado a todos los mentes inquietas que se animen y ha confiado en que en los próximos años proliferarán los inventores. “Mi proyecto real es montar una universidad de inventores. El inventor va a cambiar el mundo”, ha sentenciado ilusionado.