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Los sueños de El Bosco

Hay quien ha pensado que las extrañas figuras que pueblan los cuadros de Jerónimo Bosch, El Bosco (ca.1450-1516) son producto de una imaginación enferma, de la obsesión por el pecado o de las pesadillas vividas por el genial pintor holandés. Sin embargo, seguramente la verdadera razón sea una amalgama de todas estas propuestas.

El Bosco (Museo del Prado)

Madrid

El día 8 de mayo finaliza la exposición que, dedicada a El Bosco, ha organizado el gobierno holandés en Den Bosch, ciudad en donde nació el pintor en una fecha indeterminada de mediados del siglo XV. Algunas de esas obras llegarán a Madrid y podrán verse en el Museo de El Prado en unas semanas. Seguro que se convierte en la exposición estrella de este año.

La figura de El Bosco siempre ha creado expectación entre los amantes del arte. Cuadros como El Jardín de las Delicias, El Carro del heno, Los siete pecados capitales... ofrecen un escenario increíblemente rico en el que cientos de personajes conviven en atmósferas oníricas e irreales. Como nos comentaba Charles de Mooij, comisario de la exposición sobre El Bosco en Den Bosch, no sabemos cuál era la razón final que llevó al artista a crear esos paisajes repletos de figuras a caballo entre el pecado, la magia y lo onírico. Aunque no lo creo, quizá El Bosco estaba loco y aquí seguimos cinco siglos después dándole vueltas a lo que podría significar algo que, solamente quizá, no tiene ningún sentido. Sin embargo, en los cuadros de El Bosco y en los dibujos que sirvieron de boceto para su creación podemos ver claramente que el artista construyó un lenguaje muy particular y que cada elemento, cada rincón, cada brizna de hierba tiene un significado particular; significado que todavía hoy no hemos podido apreciar en su entera complejidad.

SER Historia: El Bosco (08/05/2016)

55:04

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El Bosco en Madrid

Muchas de las obras que hoy conserva Patrimonio Nacional y que podemos ver en El Prado se deben a la compra que Felipe II hizo en su momento. El rey español era un amante de lo oculto y lo mistérico y quizá esa fuera la razón por la que sintió un gran apego por la obra de El Bosco. Al mismo tiempo, no tenemos que olvidar que tanto el pintor como el monarca sentían un especial apego por la obra de Erasmo de Rotterdam, lo que seguramente supuso un plus para que Felipe II mandara traer las extrañas obras a Madrid.

Antes de que El Prado inaugure su "El Bosco. La exposición del V Centenario" desde el 31 de mayo hasta el 11 de septiembre de 2016, podemos ir abriendo boca con este nuevo programa de SER Historia en donde descubriremos algunos de los secretos del pintor holandés.

 
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