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'LAS MARAS'

Vivirás y morirás defendiendo a tus hermanos

Chema Rodríguez y Pablo Burgués nos introducen en el infierno de violencia de la Mara Salvatrucha

Markarina Fotos

Madrid

Esta semana nos desplazamos hasta Guatemala para explicar una historia de la Mara Salvatrucha, una de las bandas más violentas y peligrosas de América Latina. No es una relato excepcional, ni único, simplemente uno más, un reflejo de la situación que viven miles de jóvenes atrapados en una telaraña de hiperviolencia y pólvora. Niños que, en vez de llevar bicicletas bajo sus pies cargan con fusiles automáticos sobre sus hombros.

Nos la explican Chema Rodríguez y Pablo Burgués. Dos periodistas que se  infiltraron en una de estas bandas para explicar como se ve la vida siendo miembro de una mara. Tardaron más de dos meses para conseguir entrar en una de ellas: La Mara 13. Pero cuando lo hicieron, se dieron cuenta que ese, sería un viaje de muy difícil retorno.

'Las Maras'. Con Chema Rodríguez

33:55

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EL SOLDADO, EL MARERO PERFECTO

Pero Chema y Pablo sólo son los narradores. El verdadero protagonista es otro. En este Caso Real conoceremos la vida de El Soldado, un joven sin nombre, ni familia, ni tampoco escrúpulos. Un chaval que decidió que se iba a convertir en el líder de la mara 13. Y lo consiguió de manera tan veloz como poco diplomática.

El Soldado llevaba gran parte de su cuerpo tatuado. Todos sus tatuajes estaban dedicados a la mara. Algunos de ellos describían sus gestas más importantes. En diferentes puntos de su anatomía había calaveras de tinta. Se podían contar hasta 37. Una por cada muerto de la banda rival que había conseguido matar con sus propias manos.

Sin embargo, toda carrera fulgurante suele tener un final, como mínimo, explosivo. Y El Soldado, por más que pareciera de hierro y fuego, sólo era un chaval más. Carne, hueso y vísceras. Esta es la historia de su ascenso al poder y inevitable caída.

UNA DE LAS MAYORES AMENAZAS DE AMÉRICA LATINA

Actualmente hay más de 200.000 jóvenes mareros en Guatemala. Chavales con una esperanza de vida no superior a los 25 años y que, muy probablemente, acabaran en una cuneta cosidos a tiros o degollados por una banda rival. Tienen 12 o 13 años cuando entran en la mara. Les gusta jugar a futbol, a la consola, ligar con chicas…. no se diferenciarían de vuestros hijos sino fuera porque viven matando, extorsionando y secuestrando.

Su banda es la familia que nunca tuvieron. Los protegen y ellos protegen a la mara. Y lo hacen dando su vida por ella. Para ellos, vivir no tiene valor. No tienen ningún objetivo, ni buscan el lucro, ni llegar al poder. La suya es una lucha sin sentido, una espiral de hiperviolencia brutal en la que se autodestruyen segundo a segundo.

Uno de los ritos más brutales que existen es el del bautizo. En este, se somete al aspirante a una lluvia de golpes en la que, si sobrevive, se ata de por vida a la mara. En el film de Luis Mandoki, la Vida Precoz y Breve de Sabina Rivas ilustran a la perfección como reciben a los aspirantes a mareros.

EL ORÍGEN DE LAS MARAS

El origen de las maras se sitúa en Estados Unidos. Miles y miles de emigrantes de Guatemala o el Salvador crearon guetos en su país de acogida. Eran tratados como ciudadanos de segunda. Los vapuleaban, los maltrataban. Así que crearon bandas para defenderse. Bandas a las que llamaron maras. Usaron un código de honor similar al de la mafia. Y poco a poco, se fueron convirtiendo en auténticas máquinas de matar. Este modelo de bandas se fue implantando en las calles de sus países de origen. Actualmente siembran el terror controlando los territorios más deprimidos de El Salvador, Guatemala y Honduras.

 
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